El primer gran día de la Mareona
El miércoles 5 de abril de 1944, en plena Semana Santa de hace 80 años, Gijón se echó a la calle para recibir al equipo del primer ascenso a Primera.
El Sporting se encuentra en estas fechas en plena celebración de su aniversario más especial porque se trata del recuerdo del primer ascenso del equipo rojiblanco a la máxima categoría del fútbol español del que se cumplen 80 años. Aquel hito se conquistó de forma matemática y a falta de dos jornadas el 26 de marzo tras la victoria sobre el Valladolid y la derrota del Betis en León, como recogían los periódicos de la época. Pero no fue hasta tal día como hoy cuando la Mareona --como hoy se conoce a la afición rojiblanca-- se concentró por primera vez para rendir homenaje a su equipo.
La población de Gijón en aquella década estaba en torno a los 102.000 habitantes (hoy supera los 270.000) y en su gran mayoría se echó a la calle aquel Miércoles Santo para recibir al equipo que el Domingo de Ramos se había proclamado campeón de liga de forma matemática con su empate en Jerez (1-1). El homenaje de ese día tuvo como protagonista el recorrido de los jugadores del Sporting por la ciudad en un autobús sin techo, decorado con un gran escudo del club en su parte delantera y con la bandera rojiblanca en los laterales.
Nada menos que tres días duró el viaje de regreso del Real Gijón --el nombre oficial en aquellos años-- desde Jerez. La última parte del trayecto fue en tren desde Madrid, “en el correo express” que llegaba procedente de la capital antes del mediodía a Gijón, según avanzaba El Comercio el mismo día del recibimiento en la información sobre el programa previsto. La expedición se bajó en el apeadero de Veriña, donde disfrutó de una comida y de un descanso previo porque hasta la tarde no se iba a producir el gran momento con el recorrido en autobús.
A las seis de la tarde iba a comenzar ese recorrido que concluiría en la que se conocía como la Plaza de Los Mártires, hoy Plaza del Humedal, donde les esperaba el alcalde Mario de la Torre. Los campeones fueron escoltados por numerosos aficionados en bicicleta por unas calles abarrotadas de gente. Las crónicas cuenta que a las siete y media de la tarde concluyeron los festejos porque no se quería alterar las celebraciones religiosas programadas.
La fiesta final se dejó para el domingo de Resurrección en El Molinón. Ese día se disputaba la última jornada de liga, con el Betis como visitante, y durante toda la jornada se organizaron una serie de actos para rematar las celebraciones por aquel ascenso. Los actos del domingo 9 de abril fueron los siguientes: visita a la tumba de Anselmo López, con ofrenda de flores al fundador del club, homenaje a ex jugadores del club desde 1905 en los prolegómenos del partido, recepción en el Ayuntamiento tras el encuentro, cena y verbena.
Los seguidores del Sporting, la hoy popular Mareona, volvió a concentrarse por la noche en la conocida entonces como Plaza de José Antonio, hoy Plaza del Carmen, para cerrar todas las celebraciones con la verbena popular organizada. El capitán Cervigón y el entrenador Amadeo fueron especialmente aclamados en aquellos días.
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