El modelo del Pucela falla en las dos áreas
El Real Valladolid es el equipo que más remates ha concedido 440 tiros, 15,7 por partido, el tercero que más encaja y el segundo que menos goles marca.
Habitualmente, las plantillas de montan a partir de una idea, de un modelo de fútbol. El Real Valladolid tras el descenso de 2022 quiso dar un giro radical y a imagen de la idea del presidente del club, Ronaldo Nazário, formó un equipo ofensivo, con calidad y valiente para que Pacheta lo devolviera a Primera. Y, aunque a veces, el Pucela perdía batallas, esto es partidos, al final ganó la guerra y ascendió. Ese estilo valiente, algunos lo llaman temerario, tuvo premio pese a la falta de equilibrio. Había triunfado el modelo, el Real Valladolid había ascendido. No había más que decir... o sí. Porque Pacheta, se entiende que con el beneplácito del club, dobló la apuesta. “Seremos tan valientes en Primera como en Segunda” aseguró en As el burgalés pese a que, sobre todo en el mercado de verano, no mejoró la plantilla. De esta manera, pese a algunas victorias, la imagen de inferioridad del equipo fue manifiesta desde el día del debut ante el Villarreal hasta la traca del Bernabéu, pasando por los números de Camp Nou, Metropolitano, El Sadar, San Mamés, Balaidos o Martínez Valero. El Real Valladolid no competía y las respuestas del extécnico siempre acababan en el modelo y el camino.
Lo cierto es que el modelo esta temporada no se estaba cumpliendo. El equipo no era, salvo excepciones, capaz de atacar y defendía muy mal, cosa heredada de la temporada pasada. Los datos son objetivos. El Real Valladolid ha estado toda la temporada entre los equipos más goleados y los menos goleadores. Ahora mismo es el tercer conjunto que más tantos ha recibido (47) sólo por detrás del desahuciado Elche (57) y el Almería (48) en 28 jornadas. Es verdad que en los últimos tres partidos ha recibido 12 goles que han aumentado mucho esta estadística. El problema del modelo viene porque si defiendes mal y encajas mucho, pero atacas bien y marcas se puede salvar, pero no. Los blanquivioletas, ahora mismo, son el segundo equipo que menos marca. El Elche ha anotado 20 tantos y el Real Valladolid y el Cádiz 23. No llega ni a un gol por encuentro. El problema es enorme. El modelo, hasta ahora, no funciona. Y Pezzolano ya dijo en su presentación que su modelo es similar al de Pacheta.
Como no hay nada más gráfico que los números, siempre es bueno acudir al golaverage de Primera División: goles marcados, menos goles recibidos. En esta estadística, obviamente, los pucelanos salen retratados: el Elche tiene -37 y el segundo peor es el Pucela con -24. Ha recibido el doble de goles de los que ha marcado. El Cádiz tiene -17, el Almería -14, el Getafe -9... Conclusión: el problema está en las áreas. El modelo falla por la ausencia de goles a favor y la sobrecarga de tantos en contra.
¿Es casualidad? Por supuesto que no. El Real Valladolid es el equipo que más disparos concede. Ha recibido en toda la temporada 440 tiros, el que más de la categoría, seguido del Elche 431 y el Cádiz, 414. Esto quiere decir que a los blanquivioletas le han tirado cada partido una media de 15,7 veces, una barbaridad que llama a destacar, pese a todo, el papel de los porteros pucelanos pese a los 47 tantos recibidos. Y es que el equipo, recién ascendido de Segunda, tiene la llave de la permanencia en la mejora defensiva pese al similar modelo entre los entrenadores. Y, pese a ello, con todos estos números que podrían catalogarse como catastróficos, el Real Valladolid, en la jornada 28, está fuera del descenso, con 29 puntos, a falta de 10 jornadas, pero con el peligro de tener por detrás a Espanyol y Valencia.
Y es que las opciones de salvación pasan por mejorar en las dos áreas. Ante el Mallorca, a las órdenes de Pezzolano, el Real Valladolid mejoró en el área contraria, siendo capaz de marcar tres goles, ninguno de ellos de sus delanteros, pero volvió a conceder muchas ocasiones y a encajar tres goles. Ya lo dicen los sabios: para subir hay que marcar goles, para lograr la permanencia, no encajar. Habrá que ver por dónde sale el técnico uruguayo.