El Mirandés sueña a lo grande

Trabajado triunfo del Mirandés que sigue sumando de tres en tres en Anduva tras derrotar al Real Oviedo (1-0). El tanto de Panichelli, de penalti, vale su peso en oro para que los rojillos se afiancen una jornada más en la zona noble de la tabla. Pese a la desapacible tarde por la lluvia y las fuertes rachas de viento que condicionaron el juego, el partido comenzó con ritmo y con llegadas para ambos equipos. Alemao dispuso de la primera oportunidad, pero la zaga repelió su disparo cuando llevaba marchamo de gol. La réplica fue instantánea. Apretó el conjunto jabato en la salida de balón y Lachuer estuvo a punto de aprovechar la pérdida asturiana. Sin embargo, el lanzamiento del futbolista francés se marchó por encima del travesaño.

El Oviedo enlazó una buena jugada de ataque que acabó con la intentona de Fede Viñas que se escapó a la izquierda del marco. Los rojillos también buscaron abrir la lata. Reina recogió un balón dividido en la frontal, pero el portero Aarón atajó su tiro por bajo. El duelo no tenía tregua. La escuadra carbayona estuvo cerca de marcar en un lanzamiento de falta de Seoane que, tras despejar Raúl Fernández con la punta de los dedos, se estrelló en el larguero.

Superada la media hora fue el lateral rojillo Julio Alonso, principal novedad en el once inicial, el que probó fortuna. Su remate con pierna zurda no encontró su objetivo por centímetros. El balón terminó golpeando en el lateral de la red. La última opción de la primera mitad corrió a cargo del equipo de Javi Calleja. El testarazo del uruguayo Fede Viñas se marchó alto por encima del marco. Tras el paso por los vestuarios, el Mirandés dio un paso al frente y enseguida encontró el premio con un penalti por mano de Rahim, que taponó el disparo de Iker Benito.

Esta vez fue Panichelli el que asumió la responsabilidad en vez de Izeta como en las últimas ocasiones y el delantero argentino puso por delante a su equipo para situar de forma momentánea al Mirandés como líder (1-0). Los pupilos de Alessio Lisci no se conformaron e insistieron en busca del segundo. La lluvia menguó, pero ni por esas el Oviedo se acercó con peligro a las inmediaciones del área jabata. El tiempo transcurría muy rápido para algunos y muy lento para otros. Calleja quemó todas sus naves, incluido Cazorla que volvía al equipo.

El Mirandés sacó a relucir su mejor arma, con la que cimentó una atípica pretemporada con escasez de efectivos. El equipo se puso el mono de trabajo y el Oviedo ni siquiera generó peligro para buscar la igualada. Es más, Reina tuvo en sus botas la sentencia con un potente lanzamiento que repelió la cruceta. Apretó de lo lindo la afición rojilla que volvió a llevar en volandas a los suyos. En el añadido, el cuadro asturiano pudo empatar tras una mala salida de Raúl Fernández, pero Alemao no aprovechó la circunstancia y con esa acción se llegó al final del partido. El Mirandés sigue de dulce, mientras que el Oviedo encadena dos derrotas consecutivas.

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