REAL MADRID

El Madrid pasa al ataque

El crecimiento de Rodrygo y Valverde impulsa a Ancelotti a probar un once supersónico ante el Shakhtar. ¿Resultado? 36 tiros y 14 a puerta. Eso sí, ‘sólo’ dos goles.

JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

La mejor defensa es un buen ataque y el Madrid se aplicó el proverbio ante el Shakhtar. Ancelotti deslizó tras el empate contra Osasuna que falló la presión. Frente a los ucranianos, la presión fue la lanzadera del peligro. Con Modric en el banquillo y Ceballos en la enfermería, Valverde regresaba a la sala de máquinas para abrir hueco a Rodrygo. Un 4-3-3 sobre el papel, porque sobre el césped del Bernabéu fue otra cosa. “Un 4-4-2″ dijo Carletto en sala de prensa. Un 4-2-3-1 por momentos. Una solución para que ambos cohabiten en un once supersónico y asfixiante que dejó sin respiración a los de Jovicevic en la primera parte.

El Halcón voló por una banda derecha que ha convertido en su nido favorito y El Rayo dio un recital de movimientos inteligentes como segundo delantero, amén de sumar un tanto más a su cuenta (ya van cuatro) y asistir a Vini en el 2-0. ¿El resultado global? 36 tiros, 14 de ellos a puerta y un goteo de ocasiones que convierte el 2-1 final en un resultado parco. “Su posición ha cambiado un poco, hemos pensado en presionar más a los centrales y estaba más por dentro. Combina muy bien con Karim, con su calidad puede jugar en cualquier sitio”, analizaba Ancelotti el rol del de Osasco. Mientras que el de Montevideo fue el futbolista de campo que más ocasiones generó (7).

La estadística aprueba el experimento

El experimento, dejando a Tchouameni y Kroos como sostenes tras Vinicius, Benzema, Rodrygo y Valverde, que se divirtieron e hicieron a la grada divertirse con un fútbol fogoso y combinativo, ocasionó una presencia constante en el área de Trubin. 25 remates y 60 intervenciones dentro del área rival, por los 6 y 8 del Shakhtar; 278 pases en el último tercio del campo contra los 49 de los mineros. Falló la puntería. “Hay días así, en que el balón no quiere entrar, ha sido un partido para ganar 7-1″, se lamentó Toni Kroos en la flash interview. No le faltaba razón al alemán y la estadística de ‘expected goals’, goles esperados según la posición de los disparos a portería, se la da en gran parte: los blancos deberían haber marcado 3,55 tantos, los ucranianos 0,70. Una diferencia de 3,85 tantos más acorde a lo expuesto sobre el terreno de juego.

Mapas de calor de Valverde (izquierda) y Rodrygo (derecha) ante el Shakhtar.SofaScore

En la previa de la final de Champions el de Reggiolo confirmaba que apostaría por un “4-3-3″ en París, su dibujo predilecto hasta ahora. Aunque continuaba: “A veces puede pasar a un 4-4-2″. Un discurso que toma mucha fuerza ahora, con la apuesta frente al Shakhtar. Los mapas de calor de Valverde (izquierda) y Rodrygo (derecha) son la mejor prueba de ello. Ante el Liverpool, el de Osasco aún podía ‘asumir’ la suplencia y ser el número 12. En cambio, el contexto ha cambiado.

Si la final de Champions fuera mañana, ¿Rodrygo estaría en su equipo de gala?, preguntaba este periódico el pasado sábado. La respuesta de Ancelotti, directa y sincera: “Sí”. Con Modric de vuelta y Kroos y Tchouameni inamovibles, resulta quimérico pensar que vaya a imponerse de manera perenne esta alternativa, pero es una variante más que real. Sobre todo por el rendimiento del ‘15′ y el ‘21′, a quienes ahora resulta complicado imaginar fuera del once. Ancelotti tendrá que hacer encaje de bolillos. Bendito problema.

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