El estadio de nunca acabar

A pesar de que la capacidad de sorpresa del socio del Barcelona se ha puesto a prueba en innumerables ocasiones en los últimos meses, la noticia de que el club empieza a plantearse muy seriamente volver a empezar la temporada oficial en el Estadi Olímpic de Montjuïc supone un fiasco de dimensiones estratosféricas.

El viernes, tal y como se esperaba, la junta directiva del Barcelona volvió a rectificarse y el tan cacareado retorno al estadio anunciado hace tres semanas utilizando la imagen del presidente para anunciar el Gamper ante el Como el 10 de agosto, quedó oficialmente descartado. Un nuevo tiro en el pie por parte de una junta que incomprensiblemente desde el inicio de las obras ha ido anunciando fechas de retorno que se han ido incumpliendo de manera sistemática.

Hay que recordar que la directiva blaugrana, sin que nadie les exigiera nada, ya dijo a inicio del curso pasado que la fecha prevista para volver a jugar en Les Corts sería el 29 de noviembre coincidiendo con el 125 aniversario de la entidad. Obviamente, quedó en el olvido y la junta, otra vez a iniciativa propia manifestó que el campeonato se acabaría, esta vez sí, en el nuevo estadio. La fecha elegida era también simbólica: el Clásico de 10 de mayo ante el Real Madrid. También agua. El partido, de milagro, pudo jugarse en Montjuïc gracias a que Los Rolling Stones cancelaron el concierto de inicio de su gira mundial. Sin esa suspensión, el club hubiera estado en un serio problema. Al Barça se le apareció la virgen.

Acabada la temporada, tanto el presidente Laporta como la vicepresidenta Elena Fort, responsable del proyecto, aseguraron que el retorno sería de cara al Gamper el 10 de agosto. Incluso se montó una campaña mediática bajo el lema”Volvemos a casa, volveremos a vibrar”.

Ya entonces, desde la patronal de constructores como de parte del ayuntamiento apuntaron que las previsiones de la junta eran excesivamente optimistas. Xavier Vilajoana, presidente de la asociación de constructores y a la sazón ex precandidato en las últimas elecciones al club, ya advirtió que “es imposible que, por cuestiones de obras y de permisos el Camp Nou sea hábil hasta inicios del 2026”.

No obstante, la junta porfió en su quijotesco empeño hasta que la realidad se ha impuesto de nuevo. El viernes Fort volvió a tener que asumir el papelón de rectificar de nuevo.

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