El Eibar lame sus heridas a costa del Pontevedra
Los de San José se reencuentran con la victoria gracias a los goles de Martón, Corpas y Magunazelaia. Castigo excesivo para unos granates especialmente mermados por las bajas.
No hay mejor antídoto para una dura derrota que cosechar una victoria a los tres días. Después de salir contundentemente derrotado de El Sardinero, el Eibar vuelve a saborear un triunfo gracias a la Copa. Martón, en el primer acto, y Corpas y Magunazelaia (estelar), en el segundo, certificaron por la vía rápida el segundo pase de los armeros en la competición del KO. El Pontevedra no vendió barata su piel y tuvo opciones para empatar el partido al llegar a la hora, pero el fondo de armario azulgrana fue determinante.
Dicen que un mal estado del césped siempre perjudicará mayoritariamente al equipo de mayor categoría, pero en Pasarón el Eibar fue el primer beneficiado de ello. En una desafortunada cesión atrás de la medular granate, Magunazelaia aprovechó las fuertes lluvias de los últimos días sobre el verde para hacerse con el balón, fijar a la retaguardia rival y habilitar a un Martón que hizo el resto. El punta navarro está de dulce. Hasta sale beneficiado de un mal control, que aprovechó para sacar su zurda a relucir. Su disparo tocó en el larguero y fue para dentro. Lo que deshizo la igualdad a la media hora.
Hasta el momento, gallegos y guipuzcoanos se habían repartido un tramo de partido cada uno. Tras resistir un primer envite visitante, donde los de San José demostraron su gran profundidad de plantilla (solo repitieron Arambarri, Javi Martínez y Martón respecto a la goleada sufrida en Santander), el Pontevedra ganó en coraje. Mediante el control de Yelko y Nico Conesa en la segunda línea, unido al empuje de Eimil y Exposito desde los costados, el equipo de Rúben Domínguez logró ganar metros y amenazar a la portería de Luis López. Meta que antes de llegar al 20’ ya tuvo que emplearse a fondo para detener un disparo envenenado del canterano Oute, en sus primeros minutos con el primer equipo.
La exigencia del calendario y los continuos problemas físicos de sus jugadores también obligaron al técnico local a realizar múltiples cambios en su once de gala. Además de la titularidad del centrocampista del filial lerezano, el esquema estuvo repartido por varios de los menos habituales y otros en posiciones no tan conocidas. Como fue el caso del canterano armero, Alain Ribeiro, quien se estrenó como central. Suya fue la labor, junto al titular Montoro, de contener al siempre enérgico Martón.
Con el paso por vestuarios, la reacción de Pasarón no se hizo esperar y en los primeros segundos del primer acto, nuevamente el joven Oute probó al espigado Luis López bajo palos. Rubén Domínguez tampoco se armaría de paciencia desde el banquillo y para el 50’ ya había agotado cuatro sustituciones. Más madera con tal de aprovechar la ebullición de su hinchada. Sin embargo, el Eibar estuvo impecable defendiendo su área y neutralizó el mejor momento del partido para los granates.
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San José también movería el banco. Principalmente, para dosificar a sus jugadores con más minutos. Lo que propició la entrada de Sergio, Bautista y Corpas. Tres emblemas que finiquitaron lo que se daba. Mientras el delantero de Mahón fajaba entre centrales y el pivote avilesino se hinchaba a recuperar balones en la medular, Corpas hizo el segundo a nuevo pase de Magunazelaia. El canterano aprovechó la noche para reivindicarse, ya que, tras asistir en los dos primeros tantos, cerró el marcador haciendo el tercero desde fuera del área. Castigo demasiado excesivo para un Pontevedra que acusó el derroche físico. Los armeros, por su parte, guardaron fuerzas de cara al compromiso vital del domingo ante la Cultural Leonesa. El gol, ya lo han encontrado.
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