El Eibar echa de menos Ipurua

Agorafobia: miedo intenso a estar en lugares abiertos o en situaciones de las que quizás sea difícil escapar o donde no haya ayuda disponible. Un miedo recurrente que suele aflorar en el Eibar cada vez que viaja lejos de Ipurua. No hay más que reparar en los datos para constatarlo. Los armeros son el sexto peor equipo a domicilio en LaLiga Hypermotion. Como visitantes, solo han logrado una victoria en lo que va de campaña, dejando un pobre bagaje de 5 puntos obtenidos de los 18 posibles. Mientras en casa sus números son irrefutables: el 67% de sus partidos termina con triunfo local. Pero para volver a encabezar la lucha por el ascenso, el combinado gipuzkoano está en la obligación de mejorar sus registros a domicilio.

En los últimos cuatro partidos que ha disputado fuera de casa, en ninguno de ellos ha sido capaz de conocer la victoria. Aunque todos tienen lecturas diferentes. Bien es cierto que la suficiencia con la que los armeros se adelantaron al Almería con ventaja de dos goles, poco tiene que ver con la indolencia mostrada en las derrotas ante Oviedo y Mirandés. Como tampoco tiene similitudes con la manera en la que el Eibar cayó derrotado en la tarde malagueña de ayer. Si el Málaga fue ligeramente superior en el cómputo general del encuentro, los armeros gozaron de ocasiones, como para por lo menos, no marcharse de vacío de La Rosaleda. Además de los tres disparos de un activo Corpas por la banda derecha, Sergio Álvarez pudo igualar el resultado con un cabezazo tras la segunda jugada de un saque de esquina.

Sin embargo, el aspecto más positivo de los azulgranas no llegó en el volumen de sus ocasiones, donde todavía tienen mucho margen de mejora, sino en la ubicación de sus hombres en campo rival. A través de una alta y efectiva presión, el Eibar consiguió jugar gran parte del envite en territorio boquerón. Comandados por la energía de Mada y la sabiduría de Sergio Álvarez, los de Etxeberria fueron capaces de embarrar muchos de los inicios de juego de los locales para hacerse rápidamente con la posesión. Aunque a partir de ahí, les costó horrores generar en el último tercio. El Málaga sujetó bien el área en los centros laterales y cuando a los armeros no le quedaba más remedio que probar fortuna desde media-larga distancia, ya fuera Manu Molina o Luismi haciendo las labores de stopper.

La ambición de Mada

A causa de la exigente cuesta de octubre, el ‘Gallo’ se decantó nuevamente por introducir variaciones en el once. Una de ellas fue la incursión del joven Mada, que pese a no contar con demasiados minutos, no desentonó los 71′ que se prodigó por el verde. “Sabíamos que iba a ser un partido complicado. Hemos empezado un poco dubitativos y en una contra por una acción individual tras una pérdida tonta ha venido el gol. A partir de ahí hemos remado y hemos intentado meter nuestro gol, pero hoy no ha podido ser”, relató el ‘29′. Además de la falta de gol, para el canterano las veloces transiciones de los blanquiazules fueron letales: “Nos ha faltado estar un poco atentos a las pérdidas y a sus contraataques, que sabíamos por ahí nos podían hacer daño”.

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