El efecto Buenaventura

Fue acabar el partido ante el Everton y una mueca de felicidad recorrió la cara de Pep Guardiola. Horas más tarde, ese gesto se tornaría en euforia indisimulada al ver que el Brighton acababa de darle la puntilla al Arsenal en su propio estadio (0-3). El City arrancaba su semana más importante de la temporada con una idea y apenas dos partidos para enlazar otra campaña más que sobresaliente: intentar pasar a la final de Estambul y medirse al Chelsea en el Etihad para renovar su título de la Premier. Una de las metas de los skyblue: en varias zonas comunes, como el gimnasio, hay varias fotos de los trofeos que puede ganar ahora. En algunas aparece la imagen de la Champions, en otras la de la Premier, en otras la FA Cup… Todas y cada una de ellas llevan escrita debajo dos simples palabras: ‘Our Goal’ (‘Nuestro objetivo’).

Uno de los secretos mejor guardados de este equipo ha sido la preparación física. Una labor de la que se encarga el sevillano Lorenzo Buenaventura (1 de enero de 1963), que siempre ha acompañado a Guardiola desde que está en los banquillos: Barcelona, Bayern y City. Se cuenta que Pep siempre negocia primero su contrato. Buenaventura, que comenzó en el Cádiz y que ha pasado por otros equipos como Valladolid, Espanyol y Atlético de Madrid, ha tratado también a jugadores de otros equipos, caso de Cristiano Ronaldo. Su método de trabajo es continuo: quiere que sus jugadores se sientan bien, estén cómodos, en primer lugar, y luego analiza a los diferentes elementos de la plantilla para saber qué ejercicios le pueden ir mejor para la exigencia de Guardiola. Buenaventura maneja siempre dos premisas: velocidad y precisión. Siempre se amolda a lo que le pide el técnico de Santpedor.

Esta temporada, como le ha pasado al resto de equipos, ha planteado una preparación atípica por motivo del Mundial. Desde que acabó Qatar, Buenaventura enfocó sus esfuerzos para este tramo final del curso y los resultados saltan a la vista con esta racha triunfal. Los citizen no pierden desde febrero (1-0 ante el Tottenham). Y en Champions, sin ir más lejos, los de Guardiola han marcado 27 goles. Pues bien, de esos 27 tantos, 19 han sido en las segundas partes (el Madrid acumula 17 de sus 26 goles en la Champions tras el descanso). A eso hay que añadir que tiene una media de 116,89 km recorridos por encuentro, por los 100,89 km del Real Madrid… Todo con un fin: llevar la Champions a Mánchester.