El dinero no gana Champions
Los años se suceden, los días pasan y el PSG sigue siendo un aspirante. O ni eso. El conjunto parisino fichó a Messi y Sergio Ramos en 2021 para intentar cambiar su historia en la Champions League. Ha conseguido el efecto inverso. En 2020 llegó a la final y en 2021 cayó eliminado en semifinales. Con un conglomerado de estrellas no ha podido pasar ni de octavos en los dos últimos años.
La del Bayern no duele como la del Real Madrid, porque en aquella eliminatoria fue muy superior hasta el empate de Benzema, pero la sensación en general es que la plantilla no daba para mucho más. Renovó a Mbappé, calmó la cólera de los aficionados, pero el dinero, en el mundo del fútbol, no es sinónimo de éxito.
En 11 años, con Qatar gastando millones y millones, el PSG sigue sin ganar la Champions. Y lo seguirá mientras no se olvide el concepto de club como marca y no como estructura colectiva. De poco le sirvió competir durante 45 minutos en Alemania ante el Bayern. Los alemanes van sobrados de grandeza. El PSG sigue buscándola. Y la grandeza tiene un componente de tiempo que no se encuentra, al menos a corto plazo, reuniendo a los mejores jugadores del mundo para que intenten funcionar en un terreno de juego. La de 2023 es la consecuencia de 11 años de mala gestión. Una quimera interminable para sus aficionados, que son los que menos culpa tienen de todo.