Edgar, Gudelj y los milagros de Pellegrini y Sampaoli

En los despejes de un titán, Edgar González, se resume este milagro llamado ‘Betis de Pellegrini’. Con el punto en el derbi, el Ingeniero mantiene en puestos Champions a una plantilla sin casi estrellas (si acaso, Canales; Borja y sobre todo Fekir volvieron a demostrar que no brillan con consistencia) y formada por chavales, retales y jugadores antaño desahuciados para la elite. “Aplasta, Betis”, escribían en la previa cientos de aficionados y algún futbolista famoso, pero no: este Betis no está para aplastar a nadie. Está para luchar y ganar o empatar al límite, lo que se pueda. Y para rezarle (todos los días) al gran entrenador que tiene.

¿Y el Sevilla? Pocos daban un duro no ya por que sacara algo positivo de Heliópolis, sino por que consiguiera al menos acabar con dignidad un duelo al que llegaba (y ahí sigue) en el fondo de la tabla. Todo parecía derrumbarse cuando Montiel se ganó una roja rojísima para que Navas, precisamente el sustituto del argentino, se metiera en propia puerta un 1-0 que tenía visos de dar paso a la debacle. Echaron también a Fekir y Borja, pero ni contra 9 pudieron los visitantes merecer claramente darle la vuelta al marcador. Tuvo que ser Gudelj, con otro golazo como el de Mallorca, el que al menos empatara el partido. En los chispazos y la polivalencia del serbio, que hasta hace poco era transferible, anda intentando cimentar Sampaoli otro (todavía proyecto) de milagro.

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