BARCELONA

Dembélé alarga la agonía culé

El francés tiene un acuerdo total con el PSG, pero ahora falta que reduzca la parte de dinero que le corresponde. El Barça necesita que se resuelva ya el caso para continuar su mercado.

Rodolfo MolinaDiarioAS

El FC Barcelona le dio a Ousmane Dembélé cinco días para que cerrara su traspaso al París Saint-Germain una vez que el francés, en plena gira americana le comunicara al club blaugrana que activaba la cláusula de transferencia obligatoria que le permitía salir de la disciplina culé antes del 31 de julio a cambio de 50 millones a repartir entre la entidad catalana y el propio jugador, además de su representante, Moussa Sissoko. Pues bien, a pesar que el plazo de cinco días terminó a las doce de la noche del viernes, la agonía del Barcelona sigue alargándose.

El escenario es el siguiente: Ousmane Dembélé ya está instalado en París y ha cerrado de manera absoluta su acuerdo con el equipo de la capital francesa. Y el PSG y Dembélé han acordado firmar un contrato por los próximos cinco años en los que el jugador cobrará cerca de 100 millones de euros, una cantidad que casi triplica lo que el Barça, en un último intento por retenerlo, le ofreció para que se quedara.

La parte entre Dembélé y su nuevo club está atada y bien atada, pero la agonía del Barcelona está en la letra pequeña del contrato, cosa que ante la situación financiera del club que preside Joan Laporta, no es un detalle pequeño.

En virtud de la cláusula de transferencia obligatoria, que por lo que parece no había de hacerse efectiva para ser activada, sino que con el hecho de comunicarla formalmente bastaba para entrar en vigor (a no ser que los servicios jurídicos del Barcelona encuentren un clavo ardiendo al que aferrarse) el Barça recibirá 50 millones por el delantero. La cuestión está en ver en qué condiciones, qué plazos y como se reparten.

Una de las cuestiones sobre la mesa es la de si esos 50 millones se abonan como traspaso o como pago de la cláusula. A efectos fiscales y de fairplay la misma cantidad no computa lo mismo.

Otro de los temas a discutir es el reparto del dinero. El Barça considera que la división al cincuenta por ciento no es justa y en un principio, Dembélé parecía estar dispuesto a reducir su porcentaje para mejorar el del Barça y salir de manera elegante. Ese escenario parece ya caducado. Sea por el motivo que sea (las críticas de Ousmane a ciertos estamentos del club, la decepción de Xavi con un jugador al que ha sobreprotegido o el papel de su agente) este punto ayer por la noche estaba bloqueado.

Y finalmente, queda la cuestión de la forma de pago y aplicar las variables habituales en todos los contratos. Ninguna de estas tres circunstancias cambiará el cuadro general, porque Dembélé ya no volverá a Barcelona, pero al Barça le urge recibir un ingreso para empezar a ajustar el fairplay y acudir al mercado. Ousmane, como siempre, no tiene prisa.

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