REAL SOCIEDAD

David Silva: “Estoy muy agradecido por tantos homenajes”

El ex jugador canario repasa su trayectoria con el que fue portero y compañero suyo en la Real Sociedad, Miguel Ángel Moyá.

JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

David Silva reside en San Sebastián con su familia desde que tuvo que retirarse de forma prematura por culpa de una grave lesión de rodilla que le obligó a pasar por quirófano cuando le quedaba un año más de contrato en la Real Sociedad. El jugador canario no ha parado de recibir reconocimientos durante todo el año, el último en el Reale Arena en la visita del Real Madrid. “Es muy bonito, porque he tenido la mala suerte de no poder despedirme en el campo por el covid en Mánchester después de diez años y de la Real por la lesión. Pero estoy contento, significa que donde he estado me han tratado bien, me ha ido bien y poder vivir esto con la familia… Estoy muy agradecido por tantos homenajes”, señala el canario en una interesante charla con Miguel Ángel Moyá, ex portero y ex compañero suyo en el equipo realista, en el programa ‘El Tercer Tiempo’ de Movistar.

Durante la conversación, David Silva repasa su trayectoria futbolística, desde su época más gloriosa hasta sus inicios también en Guipúzcoa, en la Sociedad Deportiva Eibar. “Se hizo al final, porque iba a ir al Parma, pero se cayó por sus problemas económicos. Acerté de lleno. Me dijeron que fue el año más frío después de más de 60 años”, explica el canario, que se prodiga muy poco en los medios de comunicación. Después, explicó su siguiente paso al ir cedido al Celta de Vigo después de que en la Real Sociedad rechazaran su cesión. “Fui al Celta porque no pasé las pruebas médicas en el Getafe“, reconoce. “Les dijeron que tenía problemas de pubis, como en la selección sub’17. Pero en Eibar jugué sin tener que parar”, continua.

Y termina recordando su brillante etapa en el Valencia, que lo catapultó a Manchester. “El Valencia es mi casa en España. Apostaron por mí con 14 años, fueron grandes temporadas. Me tuve que ir por los problemas financieros. En Mánchester viví la transformación de no meterse en la Champions a ganarlo todo. Tenían una confianza increíble en mí. Mancini me llamaba desde noviembre y fui al final de año. Se dudaba de mi físico en Inglaterra, y al final estuve diez años y acabé teniendo una estatua en la entrada de su estadio”.

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