“Jarque era un diez como persona y jugador”
Lopo pasó por ‘Perico Que Vola’, donde repasó su carrera en el Espanyol, Deportivo y Getafe. “Esta última fue de las peores decisiones que tomé”, comentó.
Distentido y de Bellvitge (L’Hospitalet), Alberto Lopo (1980) pasó por Perico Que Vola donde protagonizó un programa divertido en el que repasó su longeva carrera que le dejó un récord hasta que Sergio Ramos lo batió: ser el jugador más amonestado de Primera. “Algunas fueron por protestar y otras por quitarme la camiseta tras mis goles...”, bromeó, para justo después apuntalar: “Nunca lesioné a nadie, tengo la conciencia tranquila. Era central, pero no muy duro”.
Así, con apenas 18 años, el central empezó a entrenar y a contar para Miguel Ángel Brindisi, el entrenador del Espanyol. Pero, de golpe, y al contrario de lo que podía suponer, la llegada de Paco Flores le cerró las puertas. “Vas al B, campeón’, me dijo. Por la tarde me llamó un periodista para hacer una entrevista y le dije cosas que no tenía que haber dicho, como que los veteranos estaban de vuelta o que el entrenador no debía seguir... No sentó muy bien. Estuve un año y medio en el filial”. Pero llegó a tiempo para levantar la Copa del Rey del 2000 en Valencia.
En total jugó ocho campañas, con la Copa de 2006 y grandes momentos (”me merezco la puerta en el estadio, he estado 16 años en el club y he ganado dos Copas”), como compartir vestuario con Dani Jarque (”era un diez como persona y jugador”). Pero le llegó el polémico adiós. El jugador se marchó al Deportivo. La afición cargó contra él, pero el de L’Hospitalet tiene claro quien fue el culpable: “Había un personaje llamado Morlanes que quiso que no siguiera”, soslayó.
Lopo, que esta temporada ha ganado el título de liga como entrenador del Cadete B del Espanyol, explicó que irse al Getafe fue “la peor decisión que tomé” y que siempre ha tenido buena relación con Tamudo. “Cuando estaba en Madrid y en el Rayo, coincidíamos en la biblioteca...”, bromeó el ex central, que también vivió lo mejor y lo peor en su etapa en el Deportivo. Vivió dos momentos convulsos, especialmente con la llegada de Víctor Sánchez del Amo al banquillo.
“No me gustó que hiciera una rueda de prensa, dijera todo lo que dijo de mí y que no admitiera preguntas. Luisinho era un perro de presa. Salí salpicado. Era un ex futbolista que era joven como entrenador, y yo estaba pasado de vueltas. Tuvimos varios enganchones en su despacho”, comentó. También la afición le recriminó a Lopo haberse ido al Getafe y después volver. El jugador recordó la pancarta “dónde dije digo digo Lopo”.
Por último, el actual entrenador de la base advirtió que de sus ocho temporadas en el Espanyol, “solamente vivimos tres tranquilas”; que el club perico tiene “mimbres” para crecer y ser un equipo asiduo a Europa; y, por último, destacó el nivel de un central del filial, Wassim Keddari ‘Simo’.