COPA | LEVANTE - ATLÉTICO DE MADRID
Y ahora la maldición del Ciutat
Acuciado por su falta de gol, el Atlético se juega la Copa ante su particular kryptonita: el Levante. El equipo de Calleja no pierde desde octubre, 14 partidos.
Los caprichos de las bolas son así. Suelen llevar consigo curvas inesperadas, cuentas pendientes o, peor, maldiciones que se creían esquivadas. Porque eso pensaba el Cholo, que esta temporada ni el Levante ni el Ciutat se le podrían atragantar (sigue el partido en directo en AS.com). Descendido la temporada pasada a Segunda, sus caminos difícil que pudieran encontrarse... salvo en la Copa, torneo en el que solo una vez se encontraron, dieciseisavos, temporada 2006-07. Probabilidad ínfima, Simeone respirando... Hasta el sorteo de octavos y esa bola ahí. Levante-Atlético. Y en el Ciutat, donde Simeone casi encalla la Liga 2013-14, donde dejó de pelear por la 2015-16, donde solo dos veces logró ganar. Dos veces de diez. El Ciutat, por si no tuviera suficiente con su falta de gol.
Ni con 20 remates por partido, como ante el Almería, ante el Barça o ante el Brujas, lo encuentran. Mientras busca un sustituto en este enero que se ha llevado a Cunha y João, viaja a Valencia fiado a las botas de Griezmann y Morata, sus dos máximos goleadores con seis cada uno, pobre botín. El equipo ya se ha quedado sin Europa, anda que no anda en la Liga y solo le queda la Copa. Pero para alcanzar los cuartos tiene una prueba de fuego: ganar en el Ciutat.
Un Ciutat que vive días felices. Este Levante de Calleja no pierde desde el 9 de octubre, hace 14 partidos, récord histórico, ha apeado ya a un Primera en la Copa (Getafe). Sin Iborra, sancionado, recupera a Pepelu y Montiel. Femenías protege la puerta. En punta, Bouldini y Soldado formarán pareja, con el gigante Wesley, de cantera atlética, como recurso para los minutos finales. Simeone, mientras, atrás recupera a Savic, sin sanción en Copa, en medio desempolva a De Paul y arriba confía en Morata. Llorente y Griezmann le acompañarán. El primero donde hace daño, en la banda. El otro con el periscopio alzado. Por detrás, Barrios, que se estrena ante este rival y su campo. Y nada sabe de esta maldición que persigue.