Xabi se sienta en casa
Las butacas de los banquillos y la grada lateral de El Prado son asientos que antiguamente poblaban la grada de Anoeta y que donó la Real Sociedad.
Quizá en algún momento del partido de esta noche Xabi Alonso se sienta como en casa. Que respire un cierto aroma txuri urdin. Y no por el hecho de que el Talavera comparta colores, blanco y azul, con la Real Sociedad, sino porque las butacas de los banquillos de El Prado poblaron hasta hace no mucho una de las ‘casas’ del tolosarra: Anoeta.
Cuando la Real remodeló su estadio, el club donostiarra cambió también los asientos y donó los antiguos a otros clubes de Guipúzcoa y cercanos, como el Náxara riojano. El reparto llegó a oídos del Talavera, que todavía tenía ‘desnuda’ la grada lateral de El Prado. A través de Asier Garitano, que como entrenador del Leganés había visitado varias veces el campo, el Talavera contactó con la entidad vasca para conseguir un lote de asientos. Fueron alrededor de millar y medio de localidades, que llegaron a Talavera en un camión de su empresa que fletó a San Sebastián José Antonio Dorado, entonces presidente del club talabricense.
Los asientos –que siguen luciendo la camiseta de la Real y el lema “Unidos siempre” en castellano o euskera, “Beti elkarrekin”– sirvieron para dar comodidad a los aficionados y color al cemento de la “grada de piedra”, como muchos aficionados la conocían. Y también para engalanar los modestos banquillos de El Prado. Ese en el que hoy se sentará Xabi.
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