‘Pellingham’ parte el bacalao
Pesca, héroe de la Arandina con su gol al Cádiz, se levanta a las 04:30 para repartir pescado en la empresa familiar. Esta noche se enfrenta al Real Madrid.
“Levantarme a las 04:30 de la mañana para trabajar como pescadero, ir a entrenar y volver a hacer las tareas de mi trabajo. De pequeño ya ayudaba a mi madre y ahora lo hago con más obligación”. Habla y describe su día a día Jorge González (Aranda de Duero, 31 años), en Freshmar, la pescadería familiar, ante la mirada de Merche, una madre que sonríe orgullosa durante la charla de su hijo con AS. Pesca, como todos le conocen, fue el héroe de la Arandina con un gol para historia frente al Cádiz. El 2-1, el de los dieciseisavos de Copa. Aunque el destino le tenía guardado otra caricia. El 12 de diciembre fue la mano inocente. Ese día, Merche hizo de chófer. “Me dijo que si le podía llevar, había dormido poco”. No dudó y terminó llevándose la ovación de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
Pesca se había tenido que levantar a las 04:30 para repartir pescado. Su día a día. El esfuerzo mereció la pena. El Gordo salió sobre las 13:30. “Me acuerdo de que ese día estaba muy nervioso, no logré dormir. En el momento en el que salió la bola del Madrid fue un alivio, y saber que íbamos a jugar contra el Madrid… después, al llegar a Aranda, la gente no dejó de mostrarme cariño, y sobre todo tras marcar el gol me decían, ‘la que has liado’. ¡La verdad que liarlas así da gusto!”, recuerda simpático un Pesca que se está acostumbrando a los focos.
Aunque los flashes serán aún mayores si hoy se abraza con Bellingham. ¿Por qué? “Es una anécdota graciosa (ríe). Lo de Pellingham salió del vestuario porque uno ya se va quedando… A otros les llaman directamente calvos, así que bueno… Si te comparen con ese gran jugador, sin lugar a dudas es un halago”. Ese Pellingham versus Bellingham será la instantánea más buscada. Jorge lo sabe y no la regatea: “Me encantaría hacerme una foto con él, no solo por la coña de Pellingham, sino por hacerme una foto con el jugador del momento”. Habla también su corazón blanco, ese niño que desde pequeño iba al Bernabéu. “Me llevaban mis padres”. “El sentimiento blanco que tengo me lleva a pensar que, si ganamos al Madrid, me costaría asimilar que le hubiera quitado un premio a mi equipo... Pero el premio sería para nosotros, ¡el Madrid ya tiene muchos!”, bromea. Merche confirma que el madridismo de Pesca late fuerte: “Sí, sí. Si pierden, se enfada. Siempre”.
“El apodo de Pellingham salió del vestuario; a otros les llaman directamente calvos...”
Ahora central, Pesca era delantero de pequeño, después pasó al centro del campo y no fue hasta que Djukic le entrenó en el Valladolid cuando pasó a la zaga. Ahí paladeó el debut en Primera, pero no logró dar la dentellada: “Fui convocado varias veces, recuerdo la primera contra el Valencia en casa. Luego otras siete jornadas y con el equipo ya salvado en la última jornada contra el Mallorca pudo darse la posibilidad de debutar en Primera, pero bueno, no sucedió. Por eso hay que aprovechar estos momentos…”. Un recuerdo agridulce de joven, verbalizado por un veterano curtido también en la cantera del Villarreal y en el extranjero, donde aparece un curioso nexo de unión: “En el Kapfenberg jugué con un gran amigo de David Alaba, Tobías Kainz, una pena que David no pueda venir a Aranda para comentárselo”.
Aranda se prepara para la llegada del Real Madrid
Ahora, Pesca anhela que ese pasado como ariete vuelva a ponerle la capa como ocurrió contra el Cádiz: “Pues sí… Es verdad que he soñado marcar otro. Si marcase... Uf, si ante el Cádiz no pude dormir, con el Madrid tendría que tomar algo para relajarme”.
Con los pies en el suelo, no deja que la lógica opaque a la ilusión: “Si hubo Alcorconazo y pasó con el Alcoyano… ¿por qué no un Arandinazo? Lo que vivimos es único, pero que suene la flauta y ganemos al Madrid daría mucha vida al club”.
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