COPA DEL REY | ATLÉTICO PASO - ESPANYOL

‘La Señorita’ que unió para siempre al Espanyol y La Palma

Así era conocido Rosendo Hernández, célebre jugador perico con puerta en el RCDE Stadium, mundialista en Brasil y finalista en 1947 de la Copa que ahora se dirime en El Paso.

DIARIO AS

Mucho antes de su histórico partido ante el Atlético Paso, el primero de carácter oficial que dirimen en La Palma, el Espanyol ya estrechó vínculos con la Isla Bonita. Y lo hizo a través de uno de los futbolistas más significativos en su más que centenaria singladura, nacido en el volcáncio paraje, concretamente en Santa Cruz, a unos escasos kilómetros de El Paso. Se trata del propietario de la puerta 50 del RCDE Stadium: Rosendo Hernández.

Delantero de postín, muy técnico para le época, con un golpeo que precedió al de Ladislao Kubala pero a la vez de aspecto ruso, y por su finura le acabaron apodando ‘La Señorita’, aterrizó Rosendo (11-03-1922) en el Espanyol en 1944, procedente del Atlético de Madrid, previo trueque con José Juncosa y el pago de 100.000 pesetas (unos 600 euros). Y su idilio fue inmediato. Con el conjunto perico y con Ángel Calvo, su inseparable dupla en ataque. Rosendo, que fue titular en la final de la Copa de 1947, acabaría anotando 52 goles con la camiseta blanquiazul, de los que 12 llegaron en su última temporada, la 1949-50, lo que le valió un premio gordo.

Junto a José Parra, uno de los más grandes en el imaginario espanyolista, Rosendo acudió a la Copa del Mundo de Brasil, en 1950, de la que fue titular en el estreno, contra Estados Unidos (3-1) y en la despedida de España, frente a Suecia (1-3). Tras la cita, el presidente del Real Zaragoza, Julián Abril, se presentó en Sarrià con un ofertón desorbitado para la época, 600.000 pesetas (unos 360.000 euros), que ni el club perico ni el jugador (que se embolsaba otras 600.000) pudieron menospreciar. Y, con él, los blanquillos lograron regresar a Primera.

Rosendo Hernández, con su característico cigarrillo canario.ACANDIARIO AS

Entre la capital aragonesa y las Islas transcurrió el resto de su carrera, como futbolista y en los banquillos, ya con su característico cigarrillo canario. En el Artístico, el Real Unión de Santa Cruz y el Fomento había dado sus primeros pasos de chiquillo y en La Palma, dónde si no, falleció el 3 de agosto de 2006, a los 84 años.

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