La Copa no mola

En la tarde del domingo, Ipurua acogerá uno de los derbis más esperados de los últimos años. Rojiblancos y azulgranas volverán a verse las caras en partido oficial tras tres campañas sin hacerlo. Y eso que parece que fue ayer cuando Villalibre rescató un punto del feudo armero en un estadio vacío por las medidas anti-COVID. Al Búfalo de Gernika siempre se le ha dado de fábula el cuadro armero. No hace falta ni recordar el pasado playoff frente al Alavés. Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Eso debió pensar Etxeberria cuando puso el nombre del ariete encima de la mesa para reforzar la plantilla en el mercado invernal. La respuesta desde Ibaigane fue negativa, dejando al artillero gernikarra como máxima amenaza. Aunque el mayor aliciente de la eliminatoria no estará en el campo, sino en las horas previas.

Los ‘athleticzales’ invadirán las tabernas del municipio guipuzcoano en sintonía con los armeros, que entre todos formarán una jornada para el recuerdo. Un hermanamiento pocas veces visto en otros lares. El ‘poteo’ pre y postpartido amenizará un partido donde no es más que una excusa para poner el colofón final a las vacaciones navideñas. La afición azulgrana, bien es cierto, que aguarda con ansias el enfrentamiento con los leones. En la memoria de todos prosigue aquel gol transformado por Arruabarrena desde los 11 metros en el antiguo San Mamés, para eliminar al gigante copero. Una eliminatoria que fue la antesala de la época más gloriosa de la entidad eibartarra. 11 años después, la gesta puede volver a producirse. En esta ocasión, el Eibar, que ha avanzado un escalón más, se la juega a una carta. En su casa y con el aliento de su gente. No obstante, en frente se encontrará al rey de la competición por antonomasia y en un momento imparable.

Sea cual sea el resultado los armeros ya habrán ganado. En primer lugar, por el rédito económico que las arcas del club han recibido en beneficio de entradas, derechos audiovisuales, etc. En segundo lugar, porque saben que es una competición que no les pertenece. Un formato creado para nutrir de recursos económicos a los clubes más humildes del estado, y en el que el ganador no es otro que un equipo puntero de la máxima categoría, dejando apartados a los conjuntos de segunda división. Por último, la hinchada local volverá a saborear lo que es poder hincarle el diente a un histórico del fútbol nacional. Y no, los dieciseisavos de Copa no es lo que mola. Lo que más mola es regresar al pasado, sentir que te codeas entre los grandes, que tu equipo, tu ciudad, está bien representada. Eso sí que mola.

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