TENERIFE

La 80/81 es la excepción blanquiazul

Aquella fue la única vez que el Tenerife dejó en el camino a Las Palmas en una eliminatoria de Copa del Rey. En el resto de los ocho cruces, avanzó la UD, la última de ellas en 1997.

Tenerife y Las Palmas se reencuentran este domingo en la Copa del Rey después de 25 años. A lo largo de la historia han jugado nueve eliminatorias y solamente una terminó con los blanquiazules avanzando de ronda. Las otras ocho se decantaron del lado del conjunto amarillo, como por ejemplo el más reciente derbi copero, jugado en octubre de 1997 y que el 2-2 permitió a la UD eliminar a su eterno rival tras el 3-2 de la ida.

La única excepción blanquiazul se produjo en la edición 1980/81 cuando los chicharreros remontaron el empate de la ida para ganar 2-1. El pase se fraguó el miércoles 8 de octubre de 1980 en un abarrotado Heliodoro. Chalo adelantó a los locales, tres minutos niveló Jorge Fernández y Lolín acertó de penalti para conseguir el gol definitivo.

José Ramón Lamelo, entrenador del Tenerife, dispuso un once de tinerfeños: Álvaro; Lolo, Diego, Manolo, Marrerín; Alberto, Paco (expulsado en la segunda mitad), Salvador; Chalo, Barrios y Lolín. Desde el banquillo ingresaron Chiqui, Joseíto y Quico.

Por su parte, Antonio Ruiz -técnico de Las Palmas-, eligió a Clemont; Hernández, Roque, Felipe, Juani; Jorge, Noly, Félix, Víctor; Julio Suárez y José Luis Ceballos. En la segunda parte entró Felo, quien vio la roja poco minutos después.

La primera vez que se vieron las caras por el Trofeo del KO fue en el curso 64/65 y fueron necesarios hasta cuatro partidos para resolverse la eliminatoria. Tras un 2-0 en el Insular y otro 2-0 en el Rodríguez López, por la inexistencia de prórrogas o penaltis, se disputó en Gran Canaria un primer desempate que acabó sin goles y otro después donde los amarillos vencieron por la mínima gracias al gol del sevillano Antonio Collar a poco del final (86′).

De todos los emparejamientos, posiblemente uno de los más recordados sea el que se celebró en enero de 1994. Los blanquiazules vivían su época dorada en Primera División y recibían a una UD en Segunda B y que, tras el 0-0 pasó en los penaltis gracias a una memorable actuación de Manolo López, ex portero del Tenerife y que esa noche fue el héroe de Las Palmas.

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