Joan Lima, el arquitecto del nuevo Real Ávila
El brasileño tuvo problemas para empezar a trabajar en España, pero el expresidente del Leganés le dio la oportunidad. Hoy su equipo se enfrenta al Real Valladolid.
Joan Lima Farías (Veracruz, 5 de marzo de 1995) es mexicano de nacimiento, pero brasileño de todo lo demás y tiene a sus espaldas una de esas historias de superación y pelea por un sueño hasta llegar al Real Ávila, equipo de Segunda RFEF, grupo 1, donde marcha tercero, a cuatro puntos del Pontevedra, que es líder, y participante en la Copa del Rey donde el martes se enfrentará al Real Valladolid esta tarde a las 19:00 horas.
Joan se convirtió rápido en exfutbolista porque “la cosa no iba muy bien”, pero le llamaba tanto la atención este mundo que sin pensárselo dos veces, con apenas 21 años, en 2016, cogió todos sus ahorros, apenas 2.000 dólares, y voló a Madrid. Los inicios nunca son fáciles, que se lo digan al brasileño que alquiló un piso en Getafe e iba viviendo al día tratando de encontrar empleo en el fútbol. Los días iban pasando, las ofertas no llegaban, el dinero se acababa y la desesperación crecía. Uno de estos días un conocido le dijo que por terceras personas tenía contacto con el presidente del Leganés, entonces, Felipe Moreno, y le pasó su teléfono. Ni corto ni perezoso, Joan le llamó y concertó una cita con él contándole su historia, mostrándole algunos jugadores que tenía en cartera como representante. “Fue una sorpresa porque que un presidente te abra la puerta así, no es tan fácil”, afirma el actual director deportivo del Ávila... la reunión fue bien, “vieron varios de mis jugadores y los quisieron” y el ahora expresidente le ofreció colaborar, a lo que el brasileño le dijo que “para ser representante, para colaborar necesito dinero y un sitio donde vivir. Yo no tengo nada. Dame algo de trabajo y donde dormir y ahí empecé a trabajar de freelance con Felipe”. Moreno le consiguió un apartamento y lo puso a trabajar a su lado durante varias temporadas en las que llegaron jugadores de los más diversos países trabajando como “su asesor personal” durante cinco años.
Después buscó fortuna en Portugal, en pandemia, “para intentar crecer, no salió bien”, volvió y cogió el Manchego en Tercera RFEF hasta regresar al Leganés. Y Joan llegó a Ávila. El protagonista cuenta cómo surgió esa oportunidad: “Yo conocía a unos agentes de Suecia y buscaban un equipo para comprar en España y también conocía a unos agentes de Valladolid, Gonzalo Arguiñano. Junté a ambas partes y les dije que había un club con potencia, capital de provincia y que no es tan caro. Si hacemos un buen trabajo lo podemos subir. Compraron el Real Ávila y me colocaron como director deportivo”. Sin embargo, los primeros meses no fueron fáciles con pegatinas contra él por la ciudad amurallada. “Yo estaba solo por parte de los compradores y estaba la gente de aquí, de Ávila, que es gente que me ha ayudado mucho, pero cuando llegas a un sitio donde hay otra gente asentada y los quitas, la gente se enoja, es normal. Los primeros seis meses fueron duros, iba la cabeza baja porque sabías que te estaban criticando, pero es normal. Yo me enfocaba en lo mío”.
Ahora las cosas han cambiado “ya la gente me saluda, la gente tiene más confianza” y sobre la trayectoria con la nueva propiedad cuenta Joan: “Llevo un año y medio aquí, hemos logrado ascender en la temporada del centenario y ahora el equipo va bien con mucho trabajo” y sigue: “El primer año estaba todo hecho porque llegamos en enero y llegamos al playoff, pero cuando acabó la temporada ya dije públicamente que el siguiente año teníamos que ascender. Es mi año, voy a hacer yo el equipo y gracias a Dios logramos ascender”. Y no se corta en resaltar el papel de su entrenador, el vallisoletano Miguel de la Fuente, entrevistado en As: “Cuando le firmamos sabíamos que era un entrenador que conocía bien la categoría y que podría encajar en lo que queríamos porque no teníamos mucho presupuesto. Él ha aportado su grano de arena como todos”.
Ahora disfruta de un controlado éxito, con la idea de ascender y de afrontar un duelo importante como el copero ante el Valladolid: “Todos los equipos que están en Primera son grandes, jugar contra el Pucela nos viene muy bien porque es el equipo de Castilla y León de Primera y a la gente le hace ilusión. Nosotros estamos bien, pero con los pies en el suelo. Miramos cosas para mejorar dentro de nuestras posibilidades. Primero queremos salvar la categoría y después no renunciamos a nada, en Copa a ver si damos la campanada” y destaca las virtudes de su equipo: “Son una piña, son gente aguerrida, que no se deja nada, corre todos los minutos porque lo que yo quería era un equipo fuerte físicamente porque en esta categoría hay que chocar mucho”.
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