Güler, duelo bipolar
Anoeta no fue bálsamo para el turco. Si bien se puso el mono de trabajo, no brilló y robó más que generó. Aunque Ancelotti le ensalzó: “Ha trabajado bien”.
Güler y Endrick. Dos caras de la misma moneda. Ambos titulares en Anoeta. Pero en uno de los casos salió cruz. Cal y arena. El brasileño volvió a ponerse la corona en Copa. Control orientado y con el exterior de la zurda a la red. Y pudo caer un segundo, pero dejó temblando el larguero de Remiro. Con poco, Endrick hizo mucho. Mientras que Arda vivió un duelo bipolar. Comenzó fogoso, con un disparo lejano, pero se enfrió. Y, desde entonces, más mono de trabajo que traje de luces. Más recuperaciones (tres) y duelos aéreos ganados (tres) que remates (uno, ninguno a portería), ocasiones creadas (una) o regates (cero). Más intendencia que magia. Güler fue menos Güler.
Un regusto a oportunidad al limbo. Como ocurrió en el anterior examen. El de Butarque. También en Copa. Aquel día fue un oasis. El único encuentro de los siete anteriores a San Sebastián donde Arda no se quedó a cero. Fue titular, como en Anoeta. Y pasó de puntillas en lo ofensivo, como en Anoeta. Otro partido donde el turco no logra encontrar ese “don” que enamoró al balón al final del curso pasado (seis goles en 440 minutos, uno cada 73′). En el actual los números no son alarmantes. Ni mucho menos: tres tantos y cinco asistencias en 1.051′. Pero ha ido saliendo de la foto. De manera paulatina. Y las últimas ocasiones de oro, Leganés y Real, han sido tiros al aire.
“Ha trabajado muy bien”
Aunque, para Ancelotti, menos fue más en el Reale: “Arda ha trabajado muy bien en la posición, ayudando mucho en el aspecto defensivo...”. El ardor no se reflejó en campo contrario, pero sí hizo asentir en más de una ocasión a Carletto. Satisfecho. Porque el italiano no duda del talento del 15. Sabe que la varita volverá a echar chispas. En en campo propio donde el margen de mejora es mayor. Fue uno de sus grandes valedores, sin ir más lejos. Una llamada de teléfono del italiano fue capital para desbloquear el fichaje, para que el blanco se impusiera entre el resto de colores de los postores. No obstante, ello no quita que le ponga deberes: paciencia y compromiso.
A Ancelotti no le preocupa que haya desafinado en Anoeta. Le preocuparía que no entendiera el mensaje que le mandó en la previa: “Leo que hay un Caso Güler, pero ese caso no ha llegado aquí. Es un proceso para él y para todos los jóvenes. Pasó con Rodrygo, Vinicius, Valverde... Necesita tiempo para incorporarse a la mejor plantilla del mundo. Todo el mundo lo entiende y el que no lo entienda, tiene que hacerlo”. Un mensaje claro. Una lección. Como esa puesta en valor (”ha trabajado bien”) tras la victoria blanca ante la Real. La pregunta no fue sobre Arda, sino genérica, la respuesta sí. Y nada es casualidad. Mano derecha con el zurdo de Altindag. Si Güler no fue Güler en Anoeta, Ancelotti sí fue Ancelotti.
El reto
El horizonte ahora viene con mucho ochomil. Mucho encuentro donde Carletto sacará sus mejores galas. Cinco partidos (Betis, Rayo y Villarreal en Liga, el doble Euroderbi en Champions) en apenas 15 días. Cordilleras donde el minutaje estará caro para los jóvenes. Aun así, el objetivo más realista para el jugador es no volver a enlazar rachas sin saltar al campo. No es sencillo. Tiene a Los 4 Fantásticos y a Brahim por delante. Y es consciente. Pero busca revertir la dinámica. Para dar la razón a Ancelotti. Para demostrar que, aunque Anoeta haya sido un Arda de fogueo, no hay caso Güler.
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