Baño de masas en Riad

El Madrid ya está en el desierto. En apenas 48 horas ha pasado del frío de Aranda de Duero, al árido clima de Riad, donde se jugará en los próximos días ganar, o no, el primer título de la temporada. Una Supercopa de España al rojo vivo, con un derbi en semifinales y un potencial Clásico en la final, tesis a expensas de si Osasuna alza la voz en su cruce, como augura. En las escuelas de Pamplona se enseña que la piel siempre se vende cara. El miércoles se disputará el Real Madrid-Atlético y el jueves, el Barça-Osasuna (ambos a las 20:00 horas, franja peninsular), los dos en el mismo escenario: el Al Alwwal Stadium, donde celebra sus partidos el Al Nassr de Cristiano. El espectáculo, esta semana, se celebra a 6.000 kilómetros de distancia.

Esta noche, en torno a las 21:30 horas (peninsulares), aterrizó el avión del Real Madrid, que ha fijado su cuartel general en el Mövenpick Hotel, un lujoso alojamiento en la avenida principal de la ciudad. Se trata de una giro de volante previsible, cambiando la rutina con respecto al año pasado, cuando optó por alojarse en el Jw Marriott. Aquella edición acabó mal: derrota ante el Barça en la final (1-3), así que se pretende un cambio de chip. No es una cuestión de distancias con los estadios, ya que ambos se encuentran en la misma calle, separados por apenas seis kilómetros. El cambio responde a una decisión interna; una llamada a un cambio de suerte. Tampoco se regresa al de 2021, cuando el Madrid resultó campeón (entonces fue el Hilton). Es una llamada a empezar de cero. Hacer reset.

Cuarta ‘Supercopa Árabe’

Esta será la cuarta vez que el club dispute una Supercopa en Arabia Saudí, la tercera en Riad: la edición de 2020, asentada en el imaginario colectivo por aquella patada de Valverde a Morata, se celebró en Jeddah, la segunda gran ciudad del país, ubicada en la costa (la capital es Riad, situada en pleno desierto, pero Jeddah es el nexo aéreo del país con el resto del mundo, recibiendo más vuelos que la capital). Tras pasar por Jeddah, esta Supercopa se asentó en Riad, donde esta semana disputará su tercera edición: Madrid y Barcelona resultaron campeones en ella, respectivamente. Se busca rey para este año.

Ancelotti ha reclutado a todo lo disponible para luchar por el trono: sólo se han quedado en tierra los tres lesionados de larga duración (Courtois, que hace dos días saltó al césped a hacer ejercicios suaves; Militao, que ya trota sobre el verde con botas y al que se espera en torno a marzo; y Alaba, baja segura para lo que queda del curso), además de Lucas Vázquez, lesionado en el último entrenamiento antes de Aranda. Su buena noticia es que regresa Nacho, una vez ha cumplido su sanción (expulsado en Mendizorroza), lo que despeja las dudas en torno a la zaga y permite a Tchouameni volver a opositar al medio. La sala de máquinas es la gran duda del once, junto con la portería, dilema enquistado. Viajan cinco canteranos: Fran González, Carrillo, Vinicius Tobias, Mario Martín y Nico Paz.

Por la puerta grande

Los jugadores fueron recibidos por una multitud en el aeropuerto, paseando por el medio de un pasillo improvisado, arropados por el alboroto de los aplausos y gritos... y hasta recibiendo un pequeño obsequio por parte de las instituciones locales. Acto seguido se desplazaron al hotel, donde un centenar de aficionados les esperaban, pese a la hora (casi las 00:00h locales). Riad es una ciudad con mucho movimiento social, lo que conlleva una notable vida nocturna. Se esperaba mucha gente y la hubo. El más aclamado fue Bellingham, visiblemente ruborizado al recoger su regalo. El segundo, de manera destacada, Vinicius. También Ancelotti, querido al otro lado del mundo. El Madrid se dio un baño de masas nada más aterrizar y en vez de por el control fronterizo, entró por la puerta grande.

Este martes entrenará en las instalaciones del Al Nassr, donde tomarán la palabra Ancelotti y un futbolista. Hace apenas 48 horas estaba jugando en Aranda de Duero y en cuestión de pocas, estará trabajando en Arabia Saudí. Así es el calendario, extenuante. Pero también ilusionante: la Supercopa de España ya está aquí. El primer título del año, se decide.

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