Xavi Simons firma los octavos

Xavi Simons continúa recolectando méritos en Leipzig, una de las mejores lanzaderas de Europa y a la que trasladó a octavos de final de la Champions League con brillantez en ausencia de Dani Olmo. Si con Ruud van Nistelrooy rompió sonoramente el cascarón en el PSV Eindhoven -y de qué manera, con 22 goles y 12 asistencias- el neerlandés proyecta las mismas cifras en su siguiente peldaño competitivo. 9 goles y 5 asistencias computaba a estas alturas la pasada temporada el canterano del Barcelona y aún propiedad del PSG, que lo mira de reojo ante la incertidumbre con Mbappé, por los 5 tantos y siete pases de gol de esta campaña.

Con 20 años, su aterrizaje en la Champions League es de postín, de estrella en ciernes. Dos MVP´s, dos goles y una asistencia en cuatro partidos. Además, talismán. Siempre que Xavi Simons marca o asiste, el Leipzig gana. Volvió a ocurrir en el Estadio Rajko Mitic ante el Estrella Roja. En Belgrado, solo hubo una estrella: Simons. Siete minutos tardó el neerlandés en poner cuesta abajo el partido con una obra de arte.

Recibió de Schlager en el carril del ‘8′, evitó la tarascada de Kanga y desprecintó el marcador con una rosca gourmet que adornó Glazer con la estirada. Hecho lo más difícil, y a lomos de una rebosante voracidad, el Leipzig trató de liquidar el choque por la vía rápida. Sin embargo, el torrente de ocasiones (17 remates al descanso de los alemanes) no encontró recompensa hasta 70 minutos después, cuando Loïs Openda, otra de los nombres de la temporada, sentenció el choque con un disparo ajustado al palo derecho después de que Forsberg habilitara el galope del belga al contraataque. O eso parecía, al menos.

Hasta ese momento, el Estrella Roja era un muñeco de trapo en manos de los Sesko, Forsberg o Fabio Carvalho, otra de las nuevas gemas que ya pule Marco Rose y que entró en la segunda mitad. Sin embargo, acabó sufriendo por una de las leyes del fútbol: quien perdona, paga. Perdonó, pero no acabó pagándolo, aunque casi.

La lluvia empapó el furor del Leipzig y dio alas al Estrella Roja, que con un tanto en propia puerta de Benjamin Henrichs al intentar despejar un balón servido desde el córner en el segundo palo creyó en la machada. Diez minutos de calma tensa que amortiguó Blaswich para mal menor de un conjunto serbio que se batirá la plaza de la Europa League restante con el Young Boys, barrido por el Manchester City. Los citizens, de la mano del Leipzig, ya están en octavos de final.

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