Un nuevo ’10′ de la Juventus para impresionar al Bernabéu
Yildiz es, sin duda, el más peligroso de la Juventus en este momento. “Todo niño sueña con jugar en ese estadio”, confiesa. Hoy, quiere emular la noche de Del Piero.
En 1985, Gianni Morandi, pilar de la música pop italiana, lanzó tras un periodo de silencio el álbum ‘Uno su mille’, que contiene la canción homónima. Uno de los versos más famosos dice: “Uno entre mil lo logra. ¿Pero qué tan difícil es la escalada? La vida está en juego”.
Exactamente 20 años después, en mayo de 2005, nació Kenan Yildiz. ¿Era él el número mil? Si se cuenta la cantidad de futbolistas que tienen el privilegio de jugar un partido de Champions League en el Bernabéu, la cifra debería reducirse aún más: uno entre un millón. E incluso en este caso, el turco de la Juve estaría en la minoría afortunada. Él mismo lo declara a la UEFA: “Todo niño sueña con jugar en ese estadio; enfrentarse a un club así en la Champions es increíble”.
De Alemania a Turquía
Nacido y criado en Alemania, el extremo-segundo delantero elige representar a Turquía, país de origen de su padre, después de hacerse notar en las inferiores del Bayern de Múnich. El resto de su formación es italiana y arranca en 2022, cuando el Next Gen de la Juventus lo involucra en su proyecto. Si Allegri le hizo debutar en el primer equipo bianconero −desde luego, hallar su potencial no fue difícil− fueron Thiago Motta y Tudor los encargados de derribarlo aún más.
Pilar
En la actual temporada, Yildiz es indispensable para su entrenador más que al revés. De hecho, siempre ha sido titular en Serie A y Champions League, sumando cuatro asistencias y dos goles (en nueve partidos). En un contexto general en el que los bianconeri no alcanzan a ser peligrosos y crean poco, confían sobre todo en el genio individual de Yildiz entre regate y velocidad. Sin embargo, sus cualidades explosivas se desprenden más desde el interior del campo y de momento se le requiere algún sacrificio de extremo: los ajustes dependen de los que se aportarán al colectivo.
De todos modos, en el estadio que en 2008 homenajeó la clase cristalina de Del Piero con una ovación, está a punto de volver otro 10, esperando una reacción similar pero con una premisa que rechaza comparaciones: “El número no juega, soy yo quien lo hace”.
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