Un Madrid sin plan B
El Manchester City neutralizó a Vinicius en el Etihad y cortó de raíz el peligro de un equipo blanco sin alternativas al desborde del brasileño.
Sin Vinicius no hay paraíso. El Manchester City neutralizó la amenaza, con un Kyle Walker supremo en su marcaje, y cortó de raíz el peligro del equipo blanco. En el Etihad, los de Ancelotti mostraron no tener alternativas reales al desborde del brasileño. El plan A fue esperar a que los citizens madurasen la posesión hasta que apareciese alguna rendija por la que se colase la velocidad y el filo del 20. En la ida funcionó, con un zapatazo supremo que enloqueció al Bernabéu. En la vuelta, inhibido Vinicius y aplastado por el dominio local, en el Madrid no apareció el plan B. Y por ahí se esfumó el viaje a Estambul en busca de la Decimoquinta.
Kyle Walker, la kryptonita, llegaba a la misma conclusión: “El Real Madrid obviamente tiene jugadores fantásticos en todo el campo, pero Vinicius es su mejor arma. Y una vez que lo sacas del partido, ¿tienen un plan B?”. De paso, sacaba pecho por la variedad de registros que maneja su equipo: “Lo que me encanta de este equipo es que todos conocemos nuestro rol, nuestras responsabilidades. Claro, tenemos a De Bruyne, Grealish, Haaland... No dependemos de un solo jugador”. De hecho, cuando todos los focos apuntaban a Haaland, el elemento desestabilizador fue la segunda línea, personificada en Bernardo Silva y De Bruyne. El Madrid minimizó la gigante noruego, que (a pesar de su buen partido de vuelta) no ojó en la eliminatoria. El City hizo lo propio con Vinicius y al 14 veces campeón de Europa se le fundió la luz.
“Vinicius es su mejor arma. Y una vez que lo sacas del partido, ¿tienen un plan B?”
Vinicius lo intentó, forzó un par de amarillas (a Rúben Dias y Gündogan) cuando logró desembarazarse del abrazo de Walker, que utilizó su velocidad y poderoso físico para ponerse un traje que, hasta ahora, solamente se había ajustado al cuerpo de Araújo. ¿La receta? “Confío en mi ritmo, confío en que soy más rápido que él y que puedo usar mi superioridad física. No se trata de faltas, solo de algún pequeño empujón que te hace perder el equilibrio”, resumió el de Sheffield.
A cero en regates y ocasiones
Y la estadística fue el mejor baremo para medir la victoria del lateral inglés. Walker cortó la carrera en las dos ocasiones que Vini le retó, una por parte. Vinicius, habituado a aglutinar desbordes y ocasiones, dejó a cero ambos contadores. Con 189 regates completados, lidera de manera abismal las cinco grandes ligas por delante de Leão (111), Rodrygo y Messi (110). Con 103 ocasiones creadas es sexto (Bruno Fernandes es primero con 139). 23 goles y 21 asistencias (contando penaltis provocados) completan la hoja estadística la mejor temporada de la carrera de Vinicius. La que le coloca como candidato al Balón de Oro. Y ante el City, en el Etihad, de la cima... a la nada.
El Madrid no supo cómo afrontar ese contexto. Benzema estuvo por debajo incluso de su versión más terrenal; Rodrygo, que había sido el otro puñal durante gran parte del curso, el alborotador de la banda derecha, no tuvo ocasión de mostrar el colmillo; Modric, en su jardín favorito, la Champions, mostró una versión muy gris y superada por la sala de máquinas de Guardiola; Bernardo apagó el desenfreno de Camavinga como lateral para borrar del mapa sus subidas y apoyos al centro del campo a base de percutir la espalda del francés. Toda alternativa a Vinicius fue pura ficción en Mánchester. Sin plan A, el Madrid no encontró su plan B.