Un ‘Kroos’ inesperado en Anfield

No hay mal que por bien no venga. Lo que Martín Zubimendi no sabía cuando le dijo “no” al Liverpool, el enésimo mediocentro que desechaba la posibilidad de jugar en Anfield como ya hicieran Aurélien Tchouameni o Moisés Caicedo, es que le estaría haciendo un ‘favor’ a Arne Slot. Lo que en un principio generó cierto revuelo en Liverpool, la no contratación de un muy necesitado pivote, permitió a un jugador, que si bien ya era red cuando el holandés aterrizó en Anfield había dejado más sombras que luces durante la última temporada de Jürgen Klopp, reconvertirse de tal manera en la 2024-2025 que parece otro futbolista. El drama inicial dio pie a la irrupción de Ryan Gravenberch como el ‘Sergio Busquets de Ámsterdam’.

“Arne Slot me dijo que me veía como un número ‘6′. Ya había jugado antes en esa posición, así que sabía lo que tenía que hacer y lo que tenía que mejorar. Hay que adaptarse un poco al puesto, pero creo que voy muy bien. Sigo mejorando y quiero hacerlo mejor. Puedo mejorar mis aspectos defensivos, estar siempre concentrado al cien por cien, y quizás jugar más balones a la espalda de la defensa y marcar o dar alguna asistencia. Creo que ahí es donde puedo mejorar. Me veo como un número ‘6′ porque he jugado ahí. Tengo que centrarme especialmente en esta posición esta temporada, pero de momento estoy contento. Esta temporada el objetivo era jugar y convertirme en titular. Estoy contento de demostrar mi calidad. Hay que soñar a lo grande y querer ganarlo todo”, cuenta Ryan Gravenberch en una entrevista realizada para los medios oficiales del club.

Titular en los 16 partidos que ha disputado en lo que va de curso, el holandés es quien ha terminado de dar sentido al modelo de juego implantado su compatriota en Anfield. El técnico optó por ‘hundir’ al ex del Bayern de Múnich en el doble pivote y, ahí, Ryan Gravenberch está rindiendo mejor que nunca. Un Liverpool con menos rock&roll que el de Jürgen Klopp pero más camaleónico, capaz tanto de dominar con la posesión como castigar al rival con punzantes contragolpes, no se entiende sin su nuevo brújula en la medular.

Una buena muestra de en lo que se ha convertido Ryan Gravenberch en el conjunto red es la evolución de sus estadísticas. De ser un jugador que destacaba más en lo ofensivo, al partir mayoritariamente como interior con llegada, a dominar como casi ningún otro las intercepciones –ningún jugador ha realizado más que él (23) esta temporada en Inglaterra–, recuperaciones en campo rival o duelos ganados.

Dejando a un lado a Rodri Hernández, vigente Balón de Oro pero cuya lesión de rodilla solo le ha permitido disputar tres partidos este curso, Ryan Gravenberch es el centrocampista de moda en la Premier League. Un perfil de pivote organizador que ansiaba tener el cuadro red en sus filas, y que al mismo tiempo tanto está extrañando el Real Madrid esta temporada tras la retirada de Toni Kroos. El holandés está siendo en Anfield todo lo que los blancos han perdido este curso sin el alemán: clave en la salida de balón y la circulación del juego, omnipresente en el círculo central para asociarse con sus compañeros, elegante a la par que potente en la conducción, y con una técnica más que depurada para fintar, girarse y filtrar pases.

Fue nombrado ‘MVP del Partido’ en el estreno europeo de los reds esta temporada, ante el Milan en San Siro (1-3), tras hacer, en palabras de Arne Slot, “un partido increíble en un estadio en el que han jugado algunos centrocampistas holandeses increíbles”. Autor de su primera asistencia del curso el pasado fin de semana contra el Southampton, en su enésima masterclass como ‘6′ del Liverpool, Ryan Gravenberch tiene ante el Real Madrid, en la máxima competición continental, su prueba definitiva como pivote organizador. De superarla con nota, el Liverpool empezará a pensar que es innecesario buscar un ‘nuevo Fabinho’ en el próximo mercado invernal de fichajes.

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