Un golpe de suerte salva al Nápoles

El Nápoles hizo los deberes ante el Braga con un 2-1 a domicilio que no acabará con las críticas que está recibiendo bajo el Vesubio. El resultado fue lo mejor de la noche para los napolitanos, que parecen otro equipo respecto al que dominó el Calcio.

Los azzurri mostraron los defectos que han causado dudas y polémicas en torno a Rudi García, sobre todo en la fase defensiva, pero hicieron méritos para irse al descanso con más de un gol de ventaja. Los portugueses, que asustaron enseguida con una oportunidad para Ricardo Horta, se agarraron a las intervenciones de un enorme Matheus, pero también tuvieron espacio para hacer daño. Los campeones de Italia, por su parte, atacaban de manera desordenada, pero con enorme ímpetu. Osimhen confirmó su momento de mala suerte golpeando primero el poste con un cabezazo, y, después, con una rosca que hizo temblar el larguero. Kvaratskhelia, mientras, actuaba demasiado lejos de la portería y volvió a vivir un partido complicado (que terminó en el 66′, sustituido por Elmas). El nigeriano también forzó un penalti, cancelado por el VAR, poco antes del 0-1, anotado por Di Lorenzo con una volea en el corazón del área tras otro intento del punta.

Lo bueno que habían mostrado los partenopei hasta el 45′, una constante presión ofensiva, desapareció durante la reanudación. El Braga aguantó, creció con el paso de los minutos y puso las tablas en el 84′ con un cabezazo de Bruma que puso las tablas y desató la locura. El Nápoles volvió al ataque y logró el 1-2 con una enorme dosis de suerte, gracias a un intento de despeje de Niakaté ante Zielinski, que terminó en propia puerta. Los de García acabaron el encuentro pidiendo la hora y Pizzi, en el 95′, llegó a centímetros del 2-2 con un zurdazo al poste. Lo único bueno, para el técnico francés, fueron los tres puntos.