Tres vidas, diez finales
Antonio, Javier de Benito y ‘Cancho’ han presenciado las diez últimas finales de Champions del Real Madrid. AS los recibe en la redacción y reconoce.
Imagine haber estado en las diez últimas finales de Champions del Real Madrid. Sin parar, sin fallar. París, Ámsterdam, París, Glasgow, Lisboa, Milán, Cardiff, Kiev, París y Londres. Incondicional desde 1981. Es la memorable historia de tres madridistas que no viven con el Madrid, sino que han hecho del Madrid su vida. Una pasión de cuna, de ADN. La historia de tres historias. Antonio Juanes Suárez (socio 2.408), Francisco Javier Benito Martín (2.684) y Juan José Rodríguez Navia ‘Cancho’ (7.800). Tres aficionados que llevan 43 años sin fallar a la gran cita.
AS los invitó a la redacción para rememorar sus huellas por Europa, un sendero empedrado, pero dorado como las mismísimas baldosas amarillas, que comenzó con un viaje en autobús preparando bocadillos en la Cibeles y acabó alzando la Decimoquinta en Wembley. Y que está muy lejos de terminar. “En 1981, siendo yo un estudiante, nos fuimos hasta París en autobús. Salimos de Cibeles (ríe), ¡y estuvimos 24 horas en carretera! Aún me recuerdo preparando el jamón, lomo... bocadillos para el camino. Todo, con un único conductor, que se hizo las 24 horas enteras y circulando por carreteras que no eran autopistas”, recuerda Antonio.
“Tú el idioma, yo las entradas”
“En los 70, si conocías a alguien de seguridad del Bernabéu, pasabas. Mi tía era socia, metía a los 6-7 sobrinos y uno de seguridad le dijo ‘¡pero por lo menos haz socios a la mitad!’. Y desde entonces lo soy. Hasta aquel 1981, cuando estaba en un colegio francés y mi tía dijo ‘tú hablas el idioma y yo pongo las entradas’. Y nos fuimos a París”, dice ‘Cancho’. Tal vez ninguno sabía que, desde entonces, no iba a fallar en ninguna final de Champions. E iba a haber nueve más (por ahora). Tampoco Javier de Benito, presidente de la peña ‘We Are The Champions’ y presente en aquel varapalo frente al Liverpool (derrota por 1-0), pero fiel acompañante en lo que vino después. La gloria: “Es un sentimiento indescriptible”.
Oferta: coche + entrada
Coinciden en la entrada más difícil de conseguir: Lisboa. “Aquello fue ‘la tormenta perfecta, coches en todas direcciones y un diluvio de peticiones; una locura”, rememoran. “Nosotros fletamos un bus, pero pudimos haber llenado... ni se sabe cuántos, porque la gente se la jugaba sin miramientos y viajaba sin entrada”, dice Javier de Benito. Que a propósito del cómo conseguir entrada, tira de anecdotario: “En 1981 yo trabajaba en Citroën y un fin de semana pusieron una oferta: si nos compraban un vehículo de ocasión GSA, se le regalaba una entrada al cliente”. “¿Y a los comerciales?”, preguntamos. “¡Alguno me la dio! Si le dejaba un mejor precio, me la daba (ríe)”, contesta.
La anécdota del baño
En París empezó todo, pero allí también vivieron su peor pesadilla, con el descontrol de Saint-Denis: “Fue un infierno. Nos hicieron un embudo con varias furgonetas de la policía... y mientras todo pasaba, no hacían nada. ¡Miraban para otro lado! ¡No querían saber nada! Por eso los delincuentes atracaban con impunidad. Te tiraban al suelo, golpeaban y quitaban el dinero”. Una velada que perdura en la memoria, también, por el recital de Courtois: “Esa final se la debemos, como a Casillas la de Glasgow. Qué actuaciones, increíbles. Aunque vi ambas en el estadio, casi enteras, por la tele, ¡porque me iba al baño! Me metía y cuando veía que no había pasado nada, salía”, ríe ‘Cancho’.
“Ya me puedo morir tranquilo”
En lo futbolístico apuntan a Cardiff (“la mejor segunda parte que he visto nunca”) y en lo emocional, méritos repartidos entre Lisboa y Ámsterdam: “En la Décima recuerdo el ‘así gana el Madrid’ mientras todos salíamos. Y en la Séptima... pufff, esa noche nos quitamos un peso de encima, el sentimiento de ‘ya me puedo morir tranquilo, he visto ganar una Champions, como mis padres”. Wembley fue un respiro personal para Javier de Benito, uno de los 270 afectados por la cancelación de un vuelo la misma mañana: “Todo fue muy raro. Íbamos de un lado a otro sin entender nada. Tuve la suerte de que el club me consiguió reubicar en otro avión, pero sólo a mí y tres más. No sé, algo bueno habré hecho en la vida... (ríe). Al ganar, solté todo”.
Pudo estar en su décima final. Y ya piensa en más: “El mismo día que presenten a Mbappé, empiezo a preparar el viaje a Múnich”. Porque no hay diez sin once. “¿Colgar las botas? Para nada”, zanjan. Antonio, Javier de Benito y ‘Cancho’. Tres vidas y diez finales.