Salah y Firmino destrozan al Rangers

Salió decidido y necesitado el Rangers. Cualquier resultado que no fuese una victoria les apeaba de la Liga de Campeones. Alentado por un Ibrox ruidoso, los escoceses presentaron muchos más problemas al Liverpool que en el encuentro de Anfield de la semana pasada. Su pobre actuación, entonces, fue el remedio ideal para los de Klopp. El miércoles fue distinto. Aunque solo fuese durante los primeros instantes. Čolak entró en el once por Morelos, y pronto gozó de la primera oportunidad. Presionaron los locales, cerraron espacios y se adelantaron en el marcador. El delantero croata inicio un ataque tras una pérdida de Carvalho, que debutaba en la competición. Una buena combinación en campo rival permitió que Arfield tuviera espacio para disparar cruzado desde la frontal.

Estalló de alegría Ibrox Park. La afición de Glasgow había visto a los suyos caer sin opción a réplica en las tres anteriores jornadas. Y sin marcar. Superado el primer cuarto de hora de juego recobraron la fe. Ganaban. Pero la alegría duró poco. Siete minutos. El Liverpool, sin Salah y sin Alexander-Arnold, volvió a meterse en el partido sin pretenderlo. Firmino forcejeó con su par, pero no tuvo problemas para rematar en el primer palo un saque de esquina. Crecieron entonces los visitantes. Por mérito propio y demérito rival. Más cómodos, pero concediendo ocasiones al Rangers.

Trataron de estirarse los discípulos de Van Bronckhorst, y terminaron pagándolo. Salió rápido el Liverpool a los diez minutos de la reanudación. Con Gomez avanzando por la derecha y enviando un pase raso, medido, a la espalda de la defensa. Justo para Firmino. En bandeja. El brasileño empujó la pelota y devolvió la ventaja a los suyos. No tuvo suficiente. Asistió con una rabona para Núñez en el minuto 66. El uruguayo sentenció con su primer gol en la Champions League con la camiseta del Liverpool. El tercero de la temporada. Se abrazó con Klopp cuando fue sustituido antes de reanudar el juego. Sonrió.

Bajó los brazos el Rangers. Pese a los cambios que realizó Van Bronckhorst. Perdió la esperanza y se dejó llevar. Terminó pagándolo demasiado caro. Dominó el Liverpool hasta el final del encuentro, convirtiendo la última media hora en una tortura. Con el Rangers a su merced, Salah aprovechó para desquitarse. Tras un mal inicio de temporada colectivo, el egipcio ha sido uno de los señalados. Cuestionado por su capacidad anotadora, marcó tres goles en poco más de seis minutos para convertir el hat-trick más rápido en la historia de la Liga de Campeones. Harvey Elliott se unió a la fiesta con el séptimo y último gol. El primero que anota en la competición. Con un solo punto en las dos próximas jornadas, frente al Ajax y Nápoles, el Liverpool estará clasificado para los octavos de final.