Rummenigge: “El Madrid es nuestra bestia blanca”

Karl-Heinz Rummenigge (68 años), leyenda viva del Bayern de Múnich, ex CEO del club y miembro actualmente de su Consejo de Vigilancia, que marcó una época tanto sobre el terreno de juego como en los despachos de la insignia del fútbol alemán, atiende a AS antes de la vuelta entre los muniqueses y el Real Madrid. Además de hablar de la eterna rivalidad entre alemanes y españoles, también le pide a Florentino Pérez que recapacite sobre sus planes en torno a la Superliga.

¿Qué sabor de boca le dejó la ida?

Ambos equipos hicieron un gran partido. Me hubiese gustado ganar por 2-1, pero he de reconocer que el Madrid también estuvo bien y mereció empatar.

¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio ese balón de Kroos a Vinicius?

La verdad es que me asustó un poco que fuera capaz de filtrarla desde esa distancia y a través de toda nuestra defensa. Y luego estuvo Vinicius, un jugador difícil de parar cuando le concedes ese medio metro de ventaja.

Musiala tampoco estuvo mal...

Lo que tenemos que evitar es comenzar a endiosarlo ya. Dios le ha regalado un talento desmesurado, pero aún no ha llegado a su techo. Le hacemos un flaco favor si comenzamos a ponerlo por las nubes ya, porque no ayuda. Lo único que conseguiremos con eso es generar unas expectativas que son contraproducentes.

¿Qué le parece Bellingham?

Hay que felicitar al Real Madrid por su fichaje. Marca, asiste, corre, lucha, recupera. Lo hace todo bien. Tomó la decisión a favor del Madrid muy pronto y solo puedo decir que en Dortmund se pusieron muy contentos cuando entendieron que el Bayern ya no tenía opción de meterse por medio.

¿La clave para la vuelta?

Sé lo que nos espera porque lo he vivido muchas veces, tanto en activo como durante mi etapa en la junta directiva. Sobrevivir en el Bernabéu es complicado, pero posible. Lo demostró el Leipzig en octavos y mi amigo Pep Guardiola también puso a prueba hace poco que se le puede causar problemas al Madrid en el Bernabéu. Lo que nos ayuda es que los goles anotados fuera de casa ya no tienen valor doble, por lo que volvemos a empezar con 0-0. Confío en la versión Champions que está mostrando el Bayern a lo largo de toda la temporada.

En España, por lo que se llegó a decir, dio la sensación de que la tarea más difícil del Madrid de camino a la decimoquinta fue eliminar al City en cuartos.

Con todos mis respetos, el Bayern-Madrid es el clásico del fútbol europeo. Y no lo digo yo, lo dice la historia. Nos hemos enfrentado un total de 27 veces en la máxima competición continental, ningún enfrentamiento se dio más. Precisamente eso era lo que quería mi amigo Florentino Pérez, ¿no?

¿Se refiere a la Superliga?

Siempre he mantenido una gran relación con el Real Madrid, especialmente con Florentino Pérez y con el vicepresidente Pedro López. El aprecio y el respeto siguen estando ahí, lo único que les pido es que entierren sus planes con respecto a la Superliga. Solo eso. ¿Sabe qué ocurre?

Dígame.

Tenemos un problema en común, pero manejamos soluciones diferentes. Vivimos en un mundo en el que cada vez hay más clubes en manos de inversores. Y ojo: ya no hablamos de milmillonarios, sino de billonarios a los que la Premier sigue recibiendo con los brazos abiertos. Después están los ingresos televisivos en Inglaterra. Son infinitamente mayores que en España o Alemania. Para clubes como Real Madrid o Bayern de Múnich, esto es un problema mayúsculo por el simple hecho de que no partimos en igualdad de condiciones con los ingleses. Y estoy convencido de que ahí radica el problema de Florentino. Lo suyo no es una guerra contra la UEFA, sino contra la desigualdad que sufrimos desde hace muchos años por culpa de la Premier.

Arabia Saudí también quiere apuntarse a la fiesta.

Tenga paciencia. Lo que ocurrió en los recientes mercados de fichajes no me preocupa. En resumidas cuentas se gastaron un dineral en jugadores muy veteranos en su gran mayoría. No me malinterprete, puedo entender perfectamente que un futbolista se marche a Arabia Saudí al final de su carrera. El verdadero problema surgiría si nuestros jóvenes decidieran seguir sus pasos, pero no creo que sucumban ante el dinero y estén dispuestos a poner sus carreras en juego por ello.

¿Cree que Florentino cambiará de opinión?

El martes se lo pedí: “¡Florentino, vuelve a la familia del fútbol! Nuestra familia necesita al Madrid y te necesita a ti”. Cabe recordar que Florentino es una figura importantísima en el mundo del fútbol. Recuerdo aquellos tiempos cuando todos admirábamos a Santiago Bernabéu y su labor al frente de este club, fue uno de los mejores presidentes de la historia. Hoy en día he de decir que Florentino está a su altura, en el mismo nivel. Junto con Bernabéu es de las personas más importantes que han pasado por el Real Madrid. Le conozco muy bien de todos estos años al frente del Bayern y de la ECA. Viajaba anualmente a Madrid para reunirme con él y Pedro López y ponernos de acuerdo en multitud de asuntos. Lo único en lo que discrepamos es en la Superliga. La Champions es la mejor competición para los clubes. Se gana buen dinero. La imagen es top. Todos quieren jugarla. De ahí que mi único deseo sea que Florentino y el Real Madrid mediten bajo qué circunstancias podría regresar el club a nuestra familia bajo el techo de la UEFA.

Una familia que presenció enfrentamientos épicos entre ambos clubes. ¿No es así?

Y todo por un error mayúsculo que cometimos nosotros.

¿A qué se refiere?

Fue un amistoso. Lo recuerdo perfectamente, porque yo también jugué aquel día. Les metimos 9-1 y me parece que llegaron a despedir a Boskov ese mismo día (no fue así, de hecho, aquel Madrid llegaría a la final de la Copa de Europa). Fue una humillación en toda regla, también porque les pillamos prácticamente de vacaciones y nosotros ya llevábamos tiempo de pretemporada. Pero nos equivocamos. Paul (Breitner) llegó al vestuario después de haber marcado su gol igual que yo y dijo: “Estamos locos. La próxima vez que juguemos en el Bernabéu nos van a matar”. Y ese día llegó. Poco después jugamos el Trofeo Santiago Bernabéu y me vi jugando junto a Klaus (Augenthaler) de central porque, de no haberlo hecho, Camacho me hubiese asesinado de verdad. Allí comenzó todo. Luego surgió el mito de la bestia negra, aunque he de admitir que la última vez que fuimos una bestia negra fue en las semifinales de 2012. Desde entonces, ellos se han convertido más bien en nuestra bestia blanca.

Y el Real Madrid siguió ganando Champions tras Champions.

El Real Madrid es el club más famoso y exitoso del mundo. Se habla mucho del coeficiente de clubes de la UEFA, pero es más interesante el coeficiente de clubes de la última década. El primero es el Real Madrid, seguido por el Bayern en segundo lugar. Nosotros tampoco hemos estado tan mal, levantamos la Champions en 2013 y 2020. Que no le quepa la menor duda de que el miércoles se verán las caras los dos equipos más exitosos de la última década.

La Bundesliga también está dando mucho que hablar.

Recuerdo que llegué a decir en 2013 que no volveríamos a vivir una final alemana en Champions durante mucho tiempo y, once años después, vuelve a ser teóricamente posible. Después está el Leverkusen, que ya tiene pie y medio en la final de la Europa League. La Bundesliga ha hecho un gran papel esta temporada a nivel internacional y será recompensada con esa quinta plaza para la próxima edición de la Champions. De no ser así, el Borussia lo hubiese tenido complicado para volver a jugarla.

¿Le sorprendió el año de Xabi Alonso en el Leverkusen?

Sí y no. Sí porque se hizo cargo del Leverkusen cuando iba penúltimo, no porque le conozco bien de su etapa en activo en el Bayern y siempre estuve convencido de que terminaría siendo un entrenador de éxito. Cabe recordar que trabajó con los mejores entrenadores del mundo: Guardiola, Ancelotti, Benítez, Mourinho. Dado que es una persona muy inteligente, absorbió cada detalle y luego creó su propia fórmula en base a ello. El título es merecido.

Después de once años de hegemonía bávara.

Así es, de ahí que no me parezca un drama haber llegado segundo a la meta esta vez. Medio país pedía a voces un campeón que no fuéramos nosotros y esta temporada su deseo, finalmente, se hizo realidad. Ahora nos toca ponernos las pilas para volver a ser campeones el año que viene.

Pero Xabi sigue ahí.

Y no me extraña. Xabi es un tipo superdotado, pero a le vez superagradecido. Recuerdo que le dimos un contrato de dos años cuando llegó a Múnich. Luego me reuní con su representante. Iñaki, también majísimo por cierto. Fue todo muy serio en todo momento, pero solo tardamos cinco minutos en ponernos de acuerdo para que siguiera una temporada más con nosotros. Nos dejó claro que quería colgar las botas en el Bayern y así fue. Aquel día también se despidió nuestro capitán Philipp Lahm y le pedí a todos los empleados del club que les brindaran una ovación después de su última sesión de entrenamiento. No faltó ni uno. El Bayern sabe quién es Xabi. Y Xabi sabe quiénes somos en el Bayern.

¿Qué tiene que hacer su Bayern para volver a la cima en Alemania?

Primero hay que tener en cuenta que hemos vuelto a unas semifinales de Champions después de tres temporadas quedando eliminados en cuartos. Eso ya es algo positivo. Antes de pensar en el año que viene tenemos que dejarnos la piel en dar los dos pasos que faltan para volver a levantarla. Ya habrá tiempo de pensar en todo lo demás.

¿Le preocupa el Bayern?

Lo más importante es la continuidad y aquí hemos de hacer autocrítica. Últimamente nos hemos desviado un poco de nuestro camino, tanto en el banquillo como en la planta noble. El Bayern tiene que recuperar esa estabilidad a todos los niveles que siempre le caracterizó. Hay que tener en cuenta que personas como Uli (Hoeness), Franz (Beckenbauer) y yo llevamos el timón de este barco durante cien años, al menos esa fue mi sensación. Es complicado que este tipo de longevidad en un alto cargo vuelva a darse, pero el Bayern debe volver a la senda de la continuidad.

También en el banquillo.

Son temas que ya no me conciernen directamente dado que di un paso atrás como CEO. Mi único consejo es volver a ser algo más herméticos. Cuando fichamos a Pep, estuvimos un total de seis meses trabajando en la operación y no se enteró nadie. Hay que moverse en el tablero, eso sí, sin que tu próxima jugada aparezca cada día en todos los periódicos.

Su sucesor fue Ancelotti, al que se enfrentan el miércoles.

Carlo es una bellísima persona. Lo que más me pudo llegar a impresionar fue su serenidad estoica. Nada le hace perder los papeles nunca. Es un caballero de los pies a la cabeza. Recuerdo que nos dio la mano cuando estuvimos negociando para que se convirtiera en entrenador del Bayern y no hizo falta firmar ningún contrato porque su palabra vale más que la tinta. Tampoco hubo agentes como te los encuentras hoy en día en manada cuando te reúnes con un futbolista y quieren sacar tajada. No he escuchado a nadie decir ni una mala palabra sobre Carlo en toda mi vida. Y con su carácter pausado encaja a la perfección en un club, a veces también tan convulso, como el Real Madrid. Es una pena que nos viéramos obligados a separar nuestros caminos y recuerdo muy bien que fui yo el que tuvo que comunicárselo. A ambos se nos escapó alguna que otra lágrima y luego dejó una frase que no olvidaré nunca. Me dijo que ya no era su jefe, pero que seguiría siendo su amigo. Y que sepa que lo seguiremos siendo para siempre.

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