REAL MADRID | DE PEÑA EN PEÑA

¡Pedja Mijatovic, lo, lo, lo, lo, lo!

La Peña ‘La Séptima’ de Baiona homenajea al montenegrino en el 25º aniversario de la consecución de la Copa de Europa que da nombre a esta peña gallega.

EI 9 de noviembre del año 1997, curiosamente en el Día de La Almudena, patrona de Madrid, se fundó en Baiona (Pontevedra) la peña ‘La Séptima’. Este precioso pueblo gallego tiene madridistas ‘visionarios’, que seis meses después recibieron el premio a su fe en la religión blanca con la conquista de la Séptima. Todo fue por culpa de un tal Pedja Mijatovic, que metió en Ámsterdam el gol que le ha hecho pasar al santoral del madridismo hasta la Eternidad.

Eso explica el cariño que le siguen teniendo los merengones, como es el caso de esta activa peña ubicada en el área metropolitana de Vigo y que limita geográficamente con Nigrán, Gondomar y Tomiño. La peña ‘La Séptima’ festejó sus Bodas de Plata el pasado sábado en el Rocamar de Baredo. Una celebración exitosa que contó con la presencia personal del montenegrino, elegante con un traje azul cobalto y camisa blanca, y el veterano portero Agustín Rodríguez, que militó en el Madrid de 1980 a 1990. Los cánticos hacia el héroe de la Séptima fueron constantes: “¡Pedja Mijatovic, lo, lo, lo, lo, lo...!”. La réplica de la Séptima (idéntico tamaño a la original), presidía el acto para disfrute de los más jóvenes, que no pararon de hacerse fotos con la Copa de Europa que acabó con 32 años de sequía.

Los peñistas de La Séptima de Baiona posan con Pedja Mijatovic y la ansiada Copa de Europa.

La presidenta de la peña, María Mínimo Morais, y el infatigable José M. González Denis fueron los maestros de ceremonias en una velada que contó con el apoyo de las peñas Quinta del Buitre de Callosa de Segura (con Pepe Bernabéu al frente), peña de El Prat y La Séptima de Almorox (Toledo). Pedja agradeció el cariño recibido: “Para mí es especial que sigáis dándome cariño después de 25 años. Ese gol cambió mi vida y la de muchos madridistas. Jamás podré olvidarlo”. En ese contexto emocional es normal el cántico de despedida: “¡Cómo no te voy a querer si fuiste campeón de Europa una y otra vez!”.

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