Sorteo Champions League

La crisis del Leipzig y el exilio del Shakhtar bendicen al Madrid

Grupo más que asequible para el conjunto de Ancelotti. El Leipzig no ha ganado todavía esta temporada, el Shakhtar sufre la guerra y el Celtic está a otro nivel.

DeFodi ImagesGetty

RB Leipzig

De los espinosos rivales que asomaban para el Madrid le cayó en suerte el, posiblemente, con el permiso de la Juventus, más asequible de todos. No conoce la victoria en sus primeros pasos de la temporada, donde tampoco es que haya tenido adversarios de gran opulencia futbolística (Stuttgart, Colonia y Unión Berlín). Tampoco estuvo bien en la Supercopa frente al Bayern. Pero tampoco hay que hacer de menos al Leipzig. No deja de sorprender su auge meteórico. El auspicio de la marca de bebidas Red Bull y el acierto en cada paso dado le propulsan desde su fundación en 2009. Su mérito no se reduce a la tesorería. Detrás hay un proyecto deportivo bien pensado, que en algún momento ha sido capaz de tutear a los grandes de Europa, siendo semifinalista de Champions en la 2019-20. Aunque ahora le atraviesan las dudas y el entrenador Domenico Tedesco acapara las críticas.

El Leipzig se muestra ahora como un bloque incapaz de superar cada golpe recibido, con problemas severos en los cambios de orientación y maldito en el balance defensivo. No se trata de una cuestión de jugadores, ni de nombres atrás —Simakan y Gvardiol apuntan alto—, pues apenas ha visto irse a Mukiele (PSG), Angeliño (Hoffenheim) y Adams (Leeds) para reforzarse con Raum (Hoffenheim), Schlager (Wolfsburgo) y el regreso del ilustre Werner (Chelsea). Pero no sostiene sus buenos momentos en los partidos pese a su talante ofensivo y de calidad. Dani Olmo tiene que mejorar, Nkunku ha bajado respecto al nivel sobresaliente que dio el curso pasado y Szoboszlai sigue en la penumbra. Este trío, junto a Werner y André Silva como recambio de lujo, puede amenazar a cualquiera. Con Laimer por detrás, que se queda pese al firme interés del Bayern. Sin embargo, el Leipzig es ahora más un peligro para sí mismo que para los contrarios. No conecta por dentro, resulta previsible y el 1-3-4-1-2 le quita más que le da. Además, Gulacsi sufre una lesión muscular. La presión en el ambiente se nota y el Leipzig tiene que resetearse para enderezar su rumbo en la Bundesliga y pervivir en la Champions.

Estrella: Nkunku (24 años)

Shakhtar Donetsk

El fútbol revive en Ucrania y el Shakhtar es su principal representante. Pendientes de los misiles, el gran equipo ucraniano de esta década ya no dispone de la legión brasileña que le definía. Hasta 14 jugadores se han visto abocados a abandonar el país a causa de la guerra. La fuga de talentos, pues, ha sido más que considerable. El Shakhtar se ha rehecho con producto local y entiende su participación en la Champions como un estímulo de orgullo y de ilusión nacional. Desde 2014 no juega en Donetsk, ahora tampoco lo hará en tierras ucranianas. El estadio del Legia de Varsovia será su casa, donde no le faltará el apoyo de miles de exiliados.

No se puede esperar un horizonte futbolístico positivo para el Shakhtar en el corto plazo. Como es lógico, la calidad de su plantilla ha bajado notablemente. Apenas quedan cuatro extranjeros, dos de ellos previsibles titulares: el brasileño Lucas Taylor en el lateral derecho y el croata Djurasek en la medular. El gigantón Lassina Traoré está volviendo poco a poco de su grave lesión. Sus jugadores más reconocidos son el portero Trubin, el central Matvienko, el capitán Stepanenko y el extremo Mudryk. Posiblemente sea este su futbolista más diferente. Se desempeña en la izquierda, a pie cambiado, y destaca por su disparo. No lo deja de intentar nunca. El Shakhtar regresó a la competición oficial el pasado martes con un empate sin goles ante el Metalist. Debió ganar, pero le faltó pegada. Y Trubin tuvo que dejar una parada soberbia para esquivar un resultado peor. El entrenador Igor Jovicevic alineó un 1-4-3-3 con laterales profundos, extremos más cerrados y muchos jugadores en campo rival. En la Champions le tocará un papel más precavido en un contexto muy difícil para competir, pero su presencia da un ápice de normalidad a una situación lamentable. De alguna forma, todos somos un poquito del Shakhtar en esta Champions.

Estrella: Mudryk (21 años)

Celtic

El regreso del Celtic a la fase de grupos de la Champions, en la que no participaba desde la 2017-18, se debe a la bendición bien ganada que tiene el fútbol escocés de clasificar ya directamente a su campeón de Liga. Lo fue el Celtic el curso pasado, tras el breve paréntesis del Rangers, y en esta temporada se dirige al mismo destino tras despachar sus cuatro primeros partidos con victorias (14 goles a favor y solo uno en contra). Solo tiene un rival en Escocia y esa aplastante superioridad no le ayuda para competir mejor fuera de su territorio natural. Ni la mística de Celtic Park le sirve de auxilio normalmente.

Es un Celtic muy distinto al que se conocía. Menos británico, más internacional. Que tenga cuatro jugadores japoneses en su plantilla, dos de ellos titularísimos (Maeda y Furuhashi) y otro también importante (Hatate), explica esta nueva realidad. El greco-australiano Ange Postocoglou es su entrenador desde la temporada pasada. Le gusta el 1-4-3-3 y no renuncia a la posesión de balón, otro sello distinto que aleja al Celtic de su pasado. Utiliza los pies del mítico Joe Hart en la salida, da alas a los interiores y busca crear superioridades desde el pase. Además de los japoneses, cuenta con otros futbolistas como Juranovic, Carter-Vickers, McGregor —su ancla y capitán en la medular—, Turnbull, O’Riley y Jota para escalonar su once tipo. El Celtic tiene más calidad técnica de la que se pueda pensar, pero para recobrar el brillo de épocas pretéritas le hace falta mucho más. Sus descubiertos atrás resultan inquietantes, así como su falta de regularidad.

Estrella: McGregor (29 años)

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