CHAMPIONS | PSV 1 - SPORTING 1
Gyökeres tiene criptonita
PSV y Sporting empatan tras un golazo de Schouten y un tanto de cabeza de Bragança. El delantero sueco acabó desesperado y sin marcar por la exhibición defensiva de Ryan Flamingo, central local de 21 años.
Gyökeres asusta a todo el que se enfrenta a él y no es para menos. El sueco, que marcó la temporada pasada 43 goles, aterrizó en Eindhoven habiendo celebrado ya ¡catorce! goles en once partidos. Pero allí le estaba esperando Ryan Flamingo, un central de 21 años que secó a Gyökeres como pocos defensas han podido hacerlo hasta el momento. Su exhibición defensiva sacó al sueco del área, pero no del partido: una apertura suya propició el gol del empate a uno final.
Peter Bosz tuvo que apañárselas sin Veerman, su jugador más talentoso del centro del campo, tras la lesión que sufrió el pasado fin de semana. Apostó por Saibari y no le salió nada mal, porque el futbolista nacido en Terrassa siempre da mucho criterio a las jugadas cuando el balón pasa por sus botas. El dominio local fue tal que Amorim tuvo que hacer un ajuste: bajó una línea a Catamo y a Nuno Santos para esperar al rival en un 4-4-2 y no en un 3-4-3.
Pero el fútbol es de los futbolistas, y son ellos quienes son determinantes. Por eso, un error en la salida de balón de Debast, héroe en la primera jornada, condenó a los portugueses. Puso en un aprieto a Catamo, quien vio cómo Schouten le robaba el balón a través de una presión alta que aplicó el PSV durante toda la primera parte. El centrocampista vio que tenía hueco y disparó pegado al palo, imposible para Israel.
Para entonces, Flamingo ya había desesperado un par de veces a Giyökeres. El sueco casi le doblaba en cuerpo al holandés, pero aun así perdía todos los duelos. En una ocasión, Flamingo fue al suelo por el choque con él, pero desde ahí le robó el esférico. Una auténtica pesadilla para un jugador que no está acostumbrado a que le pongan las cosas tan difíciles.
Se desesperó aún más en el minuto 70, cuando vio la ocasión más clara del partido siendo desperdiciada a un par de metros de sus ojos. Quaresma, quien salió desde el banquillo por la lesión de Diomandé, robó un balón a Noa Lang. Hizo una pared con Morita y terminó mano a mano ante Benítez, con Gyökeres a su lado. Todo de cara, hasta que las botas, el césped o quizá los nervios se encargaron de estropearle la oportunidad cuando se resbaló con el pie de apoyo en el momento en el que iba a disparar.
Noa Lang se repuso del error con un cabezazo peligroso y un disparo lejano que se le marchó alto. También lo probó Bakayoko con una de sus típicas diagonales. Un error de Quaresma casi le permite marcar al belga a puerta vacía. Pero en la jugada siguiente, el Sporting empató. Gyökeres no siguió la jugada en zona de remate y estuvo un poco más atrás para abrir el balón a Araújo, quien centró al área para que Bragança anotase sin oposición. Un gol difícil de digerir para los aficionados holandeses, quienes se vieron superiores durante todo el partido.
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