El Messi georgiano conquista Europa: “Ridiculizó a Salah”
El estreno en la Champions de Khvicha Kvaratskhelia ha sido inolvidable. Su actuación fue decisiva para derribar al Liverpool: el Nápoles ya tiene una nueva estrella.
“Khvicha Kvaratskhelia del Napoli es un joven futbolista emocionante. Lo vi contra la Lazio el fin de semana y estuvo soberbio. Es tan difícil jugar contra él como deletrear su nombre correctamente”. Gary Lineker, en su cuenta de Twitter, resumió perfectamente ayer lo que muchos han descubierto en las últimas horas: Kvara es una joya. Los aficionados del Napoli y los futboleros de la Serie A ya lo tenían bastante claro, pero su estreno en la Champions ante el Liverpool ha superado cualquier expectativa.
El georgiano ha sido una pesadilla para la defensa del Liverpool, que no fue capaz de pararle prácticamente nunca. Su único lunar fue haber desperdiciando una asistencia de Osimhen ante la puerta vacía, pero el azzurro propició la jugada que llevó al penalti del 1-0, la combinación del 2-0 y asistió a Simeone para el 3-0 con una acción inolvidable, en la que se deshizo con técnica y fuerza de Alexander Arnold y Gómez.
El extremo fue uno de los héroes de la noche, y obviamente sumó solo sobresalientes en las notas que le asignaron los periódicos italianos. ‘La Gazzetta dello Sport’ le definió como “un predestinado”, el ‘Corriere della Sera’ subrayó que “ridiculizó a Salah y se burló de Gómez”, y el ‘Corriere dello Sport’ afirmó que sus jugadas “enamoraron al estadio”.
Su talento, que ya brilló en 2021 con un gol ante España, parece no tener límites y sus 21 años sugieren que todavía tenga un enorme margen de mejora. El director deportivo azzurro, Cristiano Giuntoli, trabajó durante meses en la operación, y reconoció, hablando con ‘Kiss Kiss Napoli’, que “la guerra en Ucrania permitió ficharle por menos dinero y más rápido”.
Kvaratskhelia, después de tres temporadas con el Rubin, vivió la fase final del curso pasado en Georgia, con el Dinamo Batumi. El Nápoles desembolsó 10 millones de euros por sus servicios (dinero que se repartieron sus dos últimos equipos), una cifra ridícula respecto a su potencial valor de mercado. En su país le apodaban como “el Messi georgiano” o “Kvaradona”. Ya toda Europa sabe por qué.