El City sentencia la temporada del Bayern

Suele ocurrir que a los equipos con confianza les salen bien las cosas de forma natural. De manera prácticamente intuitiva, como andar o respirar. Por el contrario, un conjunto en una mala racha acostumbra a encajar peor los golpes y le cuesta más encontrar solución a cualquier problema que surja en el camino. La rutina se convierte en un reto.

Así se explica la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones entre el campeón de Inglaterra y el de Alemania. Al City le salió todo bien, casi sin esfuerzo. El Bayern, por su parte, quedó sentenciado. Los dos equipos con mejor coeficiente UEFA se encontraron el martes por la noche. La acumulación de éxitos a nivel doméstico convierte a la Liga de Campeones en la gran obsesión de ambos clubes. Al término de la eliminatoria, uno seguirá soñando con el olimpo mientras que al otro solo le quedará esperar al próximo curso para encontrar su redención. Después de los primeros 90 minutos, la sentencia parece firme.

Media hora aguantó el conjunto alemán en su visita al Etihad. Contuvo bien a los locales, dejándoles manejar el esférico a su antojo, siempre lejos de las inmediaciones de Sommer. Al líder de la Bundesliga, fuera de la copa y con nuevo entrenador, se le atragantó el partido, la eliminatoria y la temporada cuando Rodri recibió en la frontal en el minuto 27. Recortó con pie derecho y envió la pelota a la escuadra con el derecho.

El Bayern acusó el golpe, y solo un buen arranque del segundo tiempo amenazó con cambiar el guion. Sané, de vuelta a la que fue su casa, lo intentó hasta en tres ocasiones en solo siete minutos. Se topó con Ederson en todas ellas. Le faltó chispa al equipo de Tuchel. Le faltó brillo.

Sommer estuvo a punto de liarla en el primer tiempo pasando la pelota en su propia área ante la presión de Haaland. Luego fue un defensor quien estuvo a punto de liarla en el inicio de la segunda mitad. Finalmente fue Upamecano quien se entretuvo en el 70. Grealish le arrebató el esférico, Haaland centró y Bernardo cabeceó a placer en el segundo palo. El delantero noruego, que sumó su primera victoria en ocho partidos contra los muniqueses cerró el partido, y prácticamente la llave, con una volea sencilla. Se desquitó con su 45º gol de la temporada.