CHAMPIONS (1/8, IDA) | NÁPOLES-BARCELONA

De Jong se apuntó a dos días de locura

Calzona dejó muy buenas sensaciones tras 48 horas que bajo el Vesubio serán difíciles de olvidar.

CIRO FUSCOEFE

Nápoles y la gestión del caos tienen una relación constante. Es parte de su encanto y esto se refleja, en cierto sentido, en la gestión del club de De Laurentiis. El presidente empezó desde la Serie C y logró éxitos legendarios sin necesitar ni un euro de deudas, pero, como hombre de cine que es, adora los golpes de efecto. Sus medidas son imprevisibles, como sus enfados. En 2011, se marchó enfurecido durante el sorteo del calendario de Serie A y, para dejar atrás a la prensa, paró una moto por la calle, se montó y desapareció. Días después, le regaló al chico que le ayudó una scooter nueva y se sacaron una foto juntos.

Los últimos dos días son otro ejemplo. El presidente decidió echar a Mazzarri y se reunió con Calzona en “un lugar secreto”, mientras su técnico preparaba el entrenamiento de la víspera con el Barça sin saber qué pasaría. Logró el acuerdo con su nuevo entrenador y lo anunció en directo cuando faltaban 48 horas para el partido. A todos les pareció surrealista, pero Calzona dejó enseguida muy buenas sensaciones, tanto a los jugadores en su primera sesión, como a los periodistas en la rueda de prensa. Podría ser otro de sus aciertos (como el primer Mazzarri, Sarri, Giuntoli, Spalletti…) o un error más de esta temporada negra.

Llegar así a un octavo de Champions fue algo nunca visto, pero, justo mientras los napolitanos comentaban su momento, en el Maradona apareció De Jong y se sumó a la fiesta con sus declaraciones. El acercamiento a este Nápoles-Barça ya es inolvidable. Si el encuentro está a su altura, será un partidazo.

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