REAL MADRID

Camavinga va para Casemiro

El francés se impuso a Tchouameni en la alineación y a la sala de máquinas del Liverpool sobre el campo. Imperial en la destrucción y atrevido en terreno contrario. En el club están encantados con Cama.

Sin Casemiro, Tchouameni. Parecían vasos comunicantes. Y lo fueron cuando la temporada amanecía. En pasado. Y es que, en estos momentos, para Ancelotti, Camavinga es mucho Case que Aurélien. Carletto insiste en defenderle “como interior”, la demarcación para la que fue fichado y en la que el propio futbolista ha reconocido sentirse más cómodo, pero el cinco del momento es Cama. Su rendimiento alcista está difuminando las dudas que le acompañaban, esas que le señalaban como un factor reactivo y no estable. Los elogios del técnico de Reggiolo se han ido sucediendo hasta entregarle las llaves de la titularidad como pivote defensivo en un momento de tanta enjundia como es la eliminatoria contra el Liverpool. En la ida no estaba Tchouameni por una inoportuna gastroenteritis. En la vuelta, no hubo ‘excusa’. El titular, como stopper, fue Camavinga de nuevo. Y respondió.

Ocasión de Camavinga que termina enviando Alisson al larguero.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Si Luka Modric y Toni Kroos hilvanaron fútbol con naturalidad y comodidad fue, en parte, por el estupendo trabajo en la sombra de Camavinga, con la ayuda inestimable de Valverde. Ambos fueron, junto a Kroos, los jugadores de campo del Madrid que balones recuperaron (cinco), lejos de un Courtois (once) cuyo marco es incomparable en tareas de sustracción al ser guardameta. El contexto fue cómodo para el centro del campo blanco, pues apenas compareció la sala de máquinas red, pero el fútbol incansable de Camavinga tuvo buena parte de culpa. El internacional francés estuvo activo: sólo Nacho y Kroos intervinieron más (88 y 85 frente a 73); sólo Kroos completó más pases (61 a 54); y la precisión en el último tercio del campo fue excelsa (15 de 16, un 93,3%) por parte de Camavinga.

En la destrucción, Camavinga estuvo estupendo, titánico en la presión y muy atrevido en campo contrario. Incluso rozó el primer tanto de la noche con un zurdazo que se estrelló en el larguero tras una parada de póster de Alisson. “Su momento es muy bueno. Está pasando una etapa de muy buen nivel y lo está aprovechando. Se encuentra bien con Kroos y Modric. Baja a por la posesión y tiene la calidad para sacar el balón jugado”. Así resumía Ancelotti, tras eliminar al Liverpool, el estado de forma del zurdo de Cabinda. Camavinga roba, conduce, se ofrece y también se anima con algún pase de violinista: suyo fue el envío quirúrgico que finalizó en el gol de Benzema. Incluso el diario L’Équipe le ha dado la máxima puntuación de todos los jugadores que participaron en el encuentro: un ‘8′...

Titular (casi) siempre

Desde el club están encantados con su progreso. El potencial era indudable y la temporada pasada ya dejó retazos de futbolista superior. No obstante, la etiqueta de jugador número 12 le acompañaba. Camavinga volaba en contextos favorables y de locura, véanse las remontadas a Chelsea y City, pero se diluía cuando aparecía en el once titular. Hasta siete veces llegó a cambiarle Ancelotti en el descanso, en muchas de ellas por un amonestación prematura que daba relieve a una potencial expulsión. Ocurrió en la Supercopa, ante Valencia y Barça. Pero no se ha vuelto a repetir. El mal del titular ya no existe. Por algo ha salido de inicio en 15 de los últimos 16 partidos. Fuerte contraste respecto a las 10 titularidades en sus primeros 25 encuentros de la temporada.

Más pausado como cinco

Mientras que la amarilla está dejando de ser problema endémico. Especialmente cuando ejerce de ancla defensiva. En los 10 partidos que Cama ha partido como pivote, solamente ha sido amonestado en una ocasión. Una amarilla en 728 minutos. En el resto de demarcaciones (además de interior -22 partidos-, ha sido improvisado lateral izquierdo en siete encuentros), acumula seis en 1.603 minutos: una tarjeta cada 267,2′. Una diferencia en promedio abismal que muestra la comodidad, y mayor pausa, con la que se desenvuelve el ex del Rennes como cinco.

Internamente se le augura un futuro extraordinario y también se destaca su enorme ética de trabajo, con potentes sesiones de entrenamiento en sus tiempo libre. Tanto como interior como de pivote, una posición que estaba diseñada para su compatriota Tchouameni y que ahora se convierte en fuente de competencia entre ambos. Como pivote, otea el fútbol de cara y se potencia su contacto con el balón, algo que le hace crecer en incidencia en los encuentros respecto a sus apariciones algo más adelantado. A Camavinga cada día le sienta mejor el traje de Casemiro, que ya no parece un disfraz prestado.

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