Autopista al Madrid por 16 millones...
El Eintracht perdió la Supercopa desde antes de empezar la final. La ausencia de Kostic, su mejor futbolista, por negociaciones de traspaso a la Juventus cavó su tumba en la víspera del encuentro. Tuvo tiempo antes y tenía tiempo después como para venderlo, si es que esa es la necesidad de un club que es campeón de Europa League y disputará la Champions. Y todo por 16 millones, por cierto, que tampoco es la operación del año.
Sin Kostic, el Eintracht es otro. Además de ser un puñal por la izquierda, aporta un carácter del que esta vez los de Glasner adolecieron de principio a fin. Lo del serbio recordó a cuando el campeón de Sudamérica se entrega directamente al de Europa en el Mundial de Clubes (o, antes, en la Intercontinental) porque prefiere vender a sus mejores jugadores antes que luchar de tú a tú por un título.
En plena amenaza por la Superliga y entre los intentos de la UEFA de hacer más millonaria la Champions, aún quedan gestos que desnudan las diferencias entre unos y otros. Nadie sabe qué hubiera pasado con Kostic -y con Trapp entonado-. Lo que sí es comprensible es el cabreo del técnico del Eintracht antes, durante y después de la Supercopa: cuesta mucho llegar a estos partidos como para hacer malabares de plantilla en los días previos…