Año mágico de Rodrigo

”Los grandes jugadores deben aparecer en los grandes momentos”, dijo Rodri hace unos días en una entrevista para AS. En aquel momento hablaba de la semifinal ante el Real Madrid porque imaginárselo sobre el momento más grande del fútbol de clubes daba vértigo pensarlo. Y lo hizo con la misma contundencia con la que dominó el centro del campo del Santiago Bernabéu, como lleva haciéndolo durante todo el año (incluso cuando Luis Enrique le sacó de posición en Qatar y fue de lo mejor de España) y de la forma que le ha llevado a ser el mejor mediocentro del mundo.

El acompañamiento de Stones le ha permitido sumarse más al ataque de lo que tenía acostumbrado. En la ida con el Bayern, un punto de inflexión en la temporada, abrió el marcador disparando desde la frontal. También fue llegando desde segunda línea como decidió esta final de Estambul. “He estado horrible en la primera parte”, empezó diciendo en Movistar+ después del partido, justificando el atasco mental que sufrió el City debido al escenario y a la impresionante presión rival. “Me ha dicho Pep que tenía que cambiar de mentalidad, que soy un líder. Hemos luchado hasta el final y yo ya estaba muertísimo. No me lo creo. Es impresionante cómo se ha dado”, terminó en el día más importante de su carrera deportiva. Anoche fue el jugador con más pases completados en el último tercio (17, fueron 61 en todo el partido), creó dos ocasiones, intervino 80 veces, recuperó 9 balones y tuvo un impresionante 92,4% de acierto en el pase. Y fue nombrado el MVP del partido.

Este año, Rodri ha dado un paso más allá. Ya antes era un jugador único, absolutamente fundamental en el esquema de Guardiola. Un receptor seguro en el primer pase de la salida de balón y el mejor corrector de los contragolpes rivales. “Top, top, top. Es una leyenda de nuestro club”, explicó Aké. A partir de ahora, nadie (si es que alguno lo dudaba) se podrá olvidar de Rodri cuando hable de los mediocentros de clase mundial.

Stones, aliado inesperado

Acostumbrado a jugar como pivote único (habitualmente con jugadores tan ofensivos como Bernardo Silva, De Bruyne o Gündogan cerca), en este último tramo de temporada, Guardiola le ha puesto a Stones de acompañante. Un central de formación que siempre brilló por su salida de balón y que ha formado junto al español un doble pivote que ya es historia del fútbol europeo. El inglés es un apoyo más ante la presión rival y un verdadero especialista en el posicionamiento. Mientras Rodri corrige más, Stones tapa con su presencia.

Este 3-2-2-3 se recordará durante décadas. Un doble pivote que nadie esperaba, que fue fundamental en la victoria decisiva en la carrera por la Premier League ante el Arsenal, y sobre el que se ha basado el equipo en las grandes noches europeas. Guardiola siempre se ha deshecho en elogios para él por su personalidad. Durante años ha sido muy criticado por sus errores, pero él nunca ha dejado de lado su afán por sacar el balón jugado y nunca le ha dado miedo tener el balón en los pies en situaciones comprometidas. Una actitud a la que le da mucho valor Guardiola y que le ha llevado a ser elegido para ocupar este doble pivote. “Estos partidos en el pasado igual se le comían un poquín”, dijo Guardiola. “En el pasado”.