Azpilicueta, otro capitán para Simeone

Costaba pensar que César Azpilicueta (Zizur Mayor, Navarra, 1989) no se hubiera criado en el Atleti viéndole en su primer día en Los Ángeles de San Rafael. Tal era la seguridad con la que pisaba el camino de polvo y piedras que separaba el autobús de la plantilla del Atlético del campo de entrenamiento en su estadía una semana. Una mirada firme e inteligente que calibraba, guardando sus márgenes como antes había hecho con los nombres de todos los que ya son sus compañeros. Desde el primer instante, sabía cómo debía dirigirse a cada uno, con qué nombre exacto. Thom para Lemar, Aitor para Gismera. Con su fichaje, Simeone no solo ha sumado polivalencia necesaria para su defensa, también a otro capitán.

Un hombre de club, pretoriano e implicado. Navarro como Raúl García, cercano como Antonio López, líder como Gabi, con garra como Godín, talante como Koke y pundonor como Juanfran. Todos en uno. Su trato con los canteranos desde que pisó el Atleti le define. Aconsejándoles, guiándoles y posicionándoles sobre el campo con la cercanía de un hermano mayor y la sabiduría de un padre. “Perfílate mejor así: tendrás mejor salida de balón”, le susurraba a Kostis, central del B, en un partidillo de un entrenamiento. “Tranquilo, Aitor, que rebota conmigo si no lo ves claro”, a Gismera, en otro.

En el Chelsea, donde se convirtió en el único español que ha levantado una Champions como capitán de un equipo extranjero (2021), era habitual su presencia en el Cobham Training Centre, los campos de entrenamientos del equipo londinense, viendo partidos de las canteras masculina y femenina. Allí dejó huella, tras once temporadas. En el Atleti lleva una semana ya lo está haciendo. En la tradicional cena en José María esta semana en Segovia, no solo cortó el cochinillo como hacen los nuevos, también se sentó en la mesa de los capitanes y líderes del vestuario. Como uno más.

Sabiduría, experiencia y liderazgo

Viejo anhelo del Cholo, esta temporada ha logrado su fichaje. Llega con 33 años y para ocupar más como tercer central por la derecha que como lateral. “Vamos, que me han dicho que cabeceas muy bien”, le gritaba el Cholo durante un ejercicio de remates a puerta ayer por la mañana en San Rafael. Marcaría. Una contundencia por alto que se une a su sabiduría y experiencia, a su cuajo y liderazgo. Educado y cercano, ya es uno de los más reclamados por la afición en las subidas y bajadas al autobús, el momento de las cazas de fotos y autógrafos. Él siempre se detiene y sonríe.

Azpilicueta es uno de esos jugadores a los que, cuando hablan, se les escucha, y sin necesidad de dar gritos que cuadren balones. El grupo de los Koke, Oblak, Giménez y Savic, más Hermoso, otro capitán sin brazalete, está de enhorabuena. Azpilicueta les suma.