RAYO 0 - CELTA 0

Aprobados y suspensos del Celta: Galán defiende mejor que nunca

El lateral pacense batió un récord de las cinco grandes ligas al conseguir sumar 21 duelos ganados. Hizo desaparecer a Isi del campo.

Gonzalo Arroyo MorenoGetty

El Celta consiguió un punto de inflexión en Vallecas gracias a la libreta de Carvalhal y la disciplina de sus jugadores. El mejor reflejo fue Javi Galán, que no estuvo tan brillante en ataque, pero firmó un partido sobresaliente en defensa. Renato Tapia y Kevin se reivindicaron.

Marchesín: Se le nota muy nervioso. En el primer tiempo despejó fatal un balón fácil con los pies y dio alguna muestra más de inseguridad en las salidas. Se resarció en la segunda parte con dos buenas paradas en un minuto. Sacó un buen pie ante un remate de Camello y rechazó acto seguido con la mano un cabezazo de Lejeune. Necesita más confianza en sí mismo.

Kevin: Una apuesta segura. Carvalhal le sacó del ostracismo en el que le tenía Coudet para tapar la banda izquierda del Rayo, la temida banda de los García (Fran y Álvaro). El canterano, que salió a Vallecas con el brazalete de capitán, cumplió con creces su cometido. Incluso sirvió una gran asistencia a Aspas en la segunda parte. Acabó siendo sustituido por falta de gasolina.

Mingueza: No se complicó la vida. La instrucción de Carvalhal de no perder balones por dentro frenó sus habituales conducciones desde atrás para romper líneas. Se mantuvo concentrado y atento a las coberturas, tanto por el centro como por el lateral.

Aidoo: Anda algo despistado últimamente. Marchesín le sacó de un lío morrocotudo, pues estuvo a punto de firmar la pifia más surrealista de la temporada, con una ruleta al aire que casi acaba en drama. Nunca dio sensación de seguridad.

Unai Núñez: El más fiable de los centrales en Vallecas. El vasco se mantuvo firme de principio a fin, con una gran colocación que le permitía liquidar todas las ayudas con solvencia. Tampoco se complicó la vida en la salida de balón, seguramente por indicación de Carvalhal.

Javi Galán: Su mejor partido defensivo con la camiseta del Celta, sin ninguna duda. Prueba de ello es el récord que acaba de instaurar en las cinco grandes ligas, con 21 duelos ganados en un solo partido. El anterior registro era de 19. Esa disciplina táctica le restó algo de protagonismo en ataque, aunque forzó una amarilla a Comesaña y estuvo a punto de forzar la segunda, pero el árbitro decidió mirar para otro lado. También sirvió un buen centro a Paciencia.

Renato Tapia: El pulpo vuelve a sacar sus tentáculos. Exhibición de derroche físico que sirvió para sumar siete recuperaciones y dos intercepciones. Esta versión del peruano puede ser fundamental en el nuevo Celta de Carvalhal. Acabó exhausto, pidiendo el cambio.

Gabri Veiga: Le tocó realizar un papel más sucio esta vez. Aún así, tuvo claridad de ideas y personalidad para tomar siempre la mejor decisión. Intentó un par de tiros desde fuera del área, algo que ya es marca de la casa, pero los jugadores del Rayo supieron taparle.

Carles Pérez: Mostró su gran virtud y su principal defecto en la misma jugada. Explotó su enorme velocidad para dejar en evidencia a un gran central como Catena y plantarse solo frente a Dimitrievski. Sin embargo, en el mano a mano no supo definir. Quiso asegurar el tiro y el meta macedonio leyó perfectamente el envío del catalán.

Paciencia: No hace honor a su apellido. Se retiró del campo jurando en arameo, quien sabe si por la decisión de Carvalhal o por no ver puerta. Lo cierto es que apenas tuvo oportunidades, únicamente un cabezazo en la primera parte. El resto del tiempo le tocó fajarse con los centrales, especialmente con Lejeune, para ganar la batalla aérea. Le sacó una amarilla al francés, pero luego cambiaron las tornas y fue él el amonestado.

Cervi: Nunca ceja en su empeño. Tuvo una buena batalla con Balliu, a quien cerró la puerta en defensa y puso nervioso en ataque. Lo intentó con dos zapatazos prácticamente consecutivos, uno se fue a las manos de Dimitrievski y el otro a la valla.

Aspas (entró por Paciencia): Asustó con su mera presencia. No estaba en forma para jugar, pero Aspas al 40% es mucho. Tuvo una ocasión en un gran desmarque que vio Kevin, pero no pudo definir bien con la derecha.

Pablo Durán (entró por Kevin): Está creciendo a pasos agigantados. Al joven delantero le tocó actuar de lateral derecho y lo hizo como si fuera su posición de toda la vida. Su alta intensidad le permite competir en cualquier lugar. Dejó destellos de su calidad con un par de regates para deshabilitar la presión rayista.

Beltrán (entró por Tapia): Día negro para el madrileño. Perdió la titularidad y de nuevo fue pitado en su regreso a casa. Apenas tuvo incidencia en los diez minutos que disputó.

Óscar (entró por Veiga): Al igual que Beltrán, solo jugó los últimos diez minutos. Creó peligro con una falta directa desde un lateral y cometió una innecesaria falta en la frontal del área que desesperó a Carvalhal.

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