Acabó el culebrón Fermín

El terremoto del mercado de la última semana vinculado a Fermín ya ha pasado. Fermín se queda en el Barcelona y Flick respira tranquilo. Los responsables del club también se quedan más relajados porque le dan una alegría a su entrenador y porque tampoco llegó una oferta convincente al club blaugrana, que no estaba dispuesto a malvender a un jugador de la cantera con el que la afición se siente plenamente identificado.

Han sido días de mucha incertidumbre y presiones, pero, tras meditarlo profundamente, el centrocampista del Barcelona ha tomado la decisión de continuar bajo las órdenes de Hansi Flick en el equipo azulgrana y rechazar la atractiva propuesta del Chelsea, que le daba galones a nivel deportivo y lo cubría de oro en el aspecto económico.

El deseo de seguir triunfando en el club de su corazón se ha impuesto a la motivación de sentirse muy querido por otro gran equipo europeo, de jugar en la Premier League, la considerada mejor Liga del mundo, y al dinero.

Fermín siempre quiso quedarse en el Barcelona, pero en algún momento durante estos días le asaltaron las dudas. De ahí su silencio, a pesar de que se especulaba con que iba a publicar sus intenciones en un comunicado público la semana pasada.

El futbolista de El Campillo sabe perfectamente que en el Barça de Hansi Flick hay muchísima competencia en su posición y que no será un intocable (habrá muy pocos esta temporada).

Fue titular en Mallorca, pero se quedó sin jugar ante el Levante y, en el fondo, es muy consciente de que el entrenador alemán tiene en Dani Olmo a su mediapunta predilecto si está al cien por cien. Pero ha decidido quedarse y pelear por tener el máximo de minutos posibles e intentar seguir ganando títulos vestido de azulgrana.

Este fin de semana, Fermín jugó en la segunda parte en Vallecas, puede que afectado por la movida semana que ha tenido no rindiera como en sus mejores días.

Flick respira

Flick también respira tranquilo porque bajo ningún concepto quería perder a Fermín. Lo considera un jugador clave del equipo por su facilidad goleadora, su imprevisibilidad, su entrega y competitividad.

La dirección deportiva del Barcelona también tenía muy claro que no quería quedarse sin el futbolista y rechazó una primera oferta del Chelsea de 50 millones de euros más variables y fijó un precio de salida para negociar de unos 90 millones de euros. Una cantidad tan elevada para dejar muy claro a los londinenses que el jugador era intransferible. La oferta nunca llegó al Barcelona, cuya directiva estaba dispuesta a avalar con su patrimonio para que no fuera necesaria una “venta dolorosa” para poder inscribir a los fichajes.

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