REAL SOCIEDAD

A por una misión (casi) imposible con más dudas que certezas

La Real Sociedad afronta en su momento de mayor indecisión el complicado intento de remontada contra el PSG en el Reale Arena.

José Manuel VidalEFE

La Real Sociedad no levanta cabeza. No sé si es momento para hablar de crisis, pero lo cierto es que lo que hasta ahora era sólo un problema con el gol en la portería contraria, ahora se está extendiendo a la propia. Porque si encima que le cuesta horrores marcar un gol al rival, ahora también va a empezar a conceder ocasiones de manera tan fácil... apaga y vámonos. En el Sánchez-Pizjuán regaló veinte minutos y tres goles, y de paso regaló parte de sus aspiraciones europeas.

Da igual que juegue con unos u otros jugadores, que haya más o menos rotaciones, todos forman parte de la plantilla de la Real, así que no puede haber excusas. Es inconcebible la manera con la que saltó al terreno del juego en Sevilla. Y si sales de esa manera, lo normal es que lo pagues muy caro y que el partido se te ponga tan cuesta arriba que luego no seas capaz de darle la vuelta. El equipo realista, que está en un momento de extrema dificultad, ahora mismo todo lo ve negro. Necesitaba un poco de autoestima para afrontar con más garantías y moral el intento de remontada contra el París Saint Germain, pero regresó de Sevilla con más dudas de las que tenía antes del viaje, y con la certeza preocupante de que no parece preparada para soñar.

Un sueño en el que sí cree su entrenador, Imanol Alguacil. No para de hacer la misma pregunta: “¿Y por qué no?” Pues porque no. Porque viendo a su Real en los últimos partidos, pues no, no es fácil creer, soñar, tener confianza... Se le ha caído el equipo txuri-urdin al oriotarra de manera preocupante en el momento seguramente más ilusionante de la temporada. Puede que sea injusto decir eso, pero los resultados son los que marcan habitualmente las tendencias. Aunque bien es cierto que en Sevilla jugó un equipo de circunstancias, con hasta siete cambios y otros siete jugadores indiscutibles en el banquillo. Y que tras los pésimos veinte minutos iniciales, la Real estuvo más cerca de ser la Real, aunque sin llegar a ser del todo la Real. Y eso se paga. No puedes dar nunca tanta ventaja.

Le faltó, eso sí, un poco más de espíritu, un poco más de rebeldía, de terminar de dar un paso hacia adelante, de terminar de creérselo, de ir de verdad. En Sevilla no hubo un problema de gol, sino un problema de autoestima. Y si quiere tener alguna mínima opción contra el PSG este martes, debe dejar a un lado sus complejos, sus dudas y su indiferencia. Debe ir de verdad. No como en Sevilla. Y ya que regaló parte de su liga y lo apostó todo a un sueño de remontada histórica... ¿de qué sirve quedarse a medias?

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