Espanyol-Leganés o el presagio del AVE y el despido de Machín

Suelen los directores de cine introducir en sus películas pequeños indicios que anticipan lo que sucederá. Señales tan minúsculas, normalmente, que hasta un segundo visionado y una vez conocido el final no se advierte ese presagio. No es el caso del Espanyol, cuyo enfrentamiento con el Leganés de la primera vuelta ya anticipó casi todo lo malo que estaba por sucederle.

Más de siete horas duró el viaje de los pericos a Madrid en el encuentro de la primera vuelta ante el rival al que recibirá este domingo en el RCDE Stadium. El AVE que trasladaba a la expedición de Sants a Atocha estuvo tres horas detenido a la altura de Guadalajara por un incidente en la catenaria, en Vallecas. En lugar de alcanzar la capital a las ocho de la tarde, lo hicieron pasada la medianoche, lo que les llevó a solicitar a LaLiga el atraso del horario de un partido que debía disputarse a las 12:00 del día siguiente. La patronal lo desestimó.

Sin apenas horas de descanso, visitó en Butarque el Espanyol a un Leganés que marcaba el farolillo rojo, pero con los mismos puntos, diez, y que ya contaba como técnico con el experico Javier Aguirre. Y no desaprovecharon los pepineros la ocasión para asestar un ‘sorpasso’, con goles de Martin Braithwaite y de Youssef En-Nesyri, que no tardarían en abandonar el Lega, el marroquí en un mercado de invierno en que al Espanyol llegaron Raúl de Tomás, Adri Embarba, Leandro Cabrera y Oier Olazabal. Caminos a la inversa para compartir el mismo destino.

Quien también se marchó inmediatamente, en este caso en contra de su voluntad, fue un Pablo Machín que en Butarque firmó sin pretenderlo su liquidación como técnico perico, situando al equipo colista después de 18 jornadas y de haber sumado solo cinco puntos en las diez jornadas en que comandó al equipo blanquiazul. Sumaba el Espanyol diez en total. Seis meses y medio después, solo lleva 24.