EIBAR

El Eibar al fin estalla

El conjunto armero ha necesitado 6 jornadas para mostrar su capacidad real de hacer fútbol.

AMAIA ZABALODIARIO AS

La SD Eibar está de vuelta, o al menos su más reconocible. Presión alta, robots de balón en zonas delicadas, posesión con control del balón... en definitiva, un equipo al que en la ciudad armera están acostumbrados a ver en las últimas temporadas. La victoria con remontada incluida ante el Sevilla parece haber disparado la confianza de unos jugadores que, a pesar del discurso pactado dentro del vestuario, sí estaban acusando los nervios de un arranque de temporada errático en cuanto a resultados. Los seis puntos obtenidos entre el jueves y el domingo han devuelto la vitalidad al equipo, llenando de confianza a algunos activos a los que las victorias les han caído como maná del cielo.

De los recién llegados, Edu Expósito demostró que tiene un talento al que ahora debe darle continuidad. El centrocampista cuajó un partido sobresaliente, logrando hacer, además uno de los goles de la jornada 7 con una vaselina que superó al portero y dos defensas del equipo rival. Ese descaro arrojado debe ser el poste sobre el que pivote su juego a partir de ahora, y su confianza en estos momentos podría ser clave de cara a las jornadas más próximas. Confianza como la que también demostró Pablo De Blasis. El argentino venía de una temporada difícil en la que su actividad había quedado limitada debido al gran nivel mostrado por titulares como Cucurella, al que no pudo quitarle el puesto. Sin embargo, su partido ante el Celta fue un golpe sobre la mesa. De Blasis repartió dos asistencias, a Expósito e Inui, aunque esta última fuera anulada por fuera de juego, en un gran partido en el que presentó sus credenciales a Mendilibar.

Otro de los culpables del buen juego del equipo esta última jornada fue Takashi Inui. Se echaba de menos ver al japonés con la agresividad con la que entró al campo. Sin miedo a los choques ni a la presión alta. De hecho, justo después de ver como el VAR anulaba un gol suyo, robó un balón en el borde del área rival que sirvió como regalo a Orellana, que puso el 2-0. Un jugador, el japonés, que podría erigirse cono clave esta temporada si Mendilibar consigue un rendimiento como el de hace 2 cursos, antes de su marcha a Sevilla.

Sin embargo, el All Star del partido fue sin ninguna duda Fabián Orellana. El chileno se tomó muy en serio el encuentro ante uno de sus ex equipos, y salió a morder sin importar a quién tuviera delante. El extremo trató de desbordar a la defensa en diversas ocasiones, intentando disparos de media distancia, e incluso siendo el más listo de la clase en dos córneres consecutivos que de nos ser por Rubén Blanco hubieran acabado dentro de la portería rival. Su esfuerzo obtuvo recompensa con un gol en el que, además, volvió a mostrar la pausa de la que goza dentro del área, deshaciéndose de dos defensas y el portero para marcar a placer.

En un mar picado, parece que la SD Eibar ha logrado hacerse con una corriente que lleva directamente hacia la costa. Será cuestión de tiempo ver si esta dinámica positiva se mantiene en el tiempo o queda en espejismo. De momento, el Eibar ha demostrado el potencial que tiene y que no ha sido capaz de sacar a ala luz hasta la séptima jornada.

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