REAL MADRID - BARCELONA

Vinicius también amenaza el status de Coutinho

El brasileño, indiscutible en Brasil con Tite, empieza a ver amenazado su sitio por compañeros de equipo como Arthur y rivales como el madridista.

Philippe Coutinho ha sido un intocable en Brasil desde que Tite es seleccionador. Primero, el técnico le convenció para jugar en la posición de extremo derecho, en el lado contrario del que es su favorito. La razón era clara. Prefería mantener a Neymar en su puesto natural y le persuadió para que aceptase que desde allí también podría relacionarse bien con el juego y llegar a gol. Coutinho asintió y se entendió relativamente bien con Neymar y Gabriel Jesús en la preparación del Mundial. Rumbo a la cita de Rusia, Tite fue reparando en la posibilidad de hacer jugar a Coutinho como interior, posición que tampoco le era extraña ya porque la estaba ocupando en el Liverpool. Coutinho también aceptó sin poner pegas.

Las cosas no están tan claras ahora para Coutinho. En apariencia, sigue teniendo asegurado un puesto como titular en la verde-amarela, pero empieza a recibir amenazas desde 'casa' y desde fuera. En la posición de interior, la irrupción de Arthur, un futbolista que necesitaba el engranaje de la canarinha, pone en peligro su titularidad como interior. Luego está la delantera, en la que Willlian, y ahora Vinicius, amenazan el puesto del jugador del Barça.

Con la Copa América en el horizonte, Coutinho sigue buscando en este último tramo las sensaciones que no ha encontrado en toda la temporada. Lanzado como llegó del Liverpool, animado y feliz por cumplir su sueño de jugar en el Barça, su medio curso el año pasado fue ilusionante. Pero la curva no ha sido ascendente. El 4-3-3, que en principio debía favorecer su juego y darle la doble posibilidad de jugar de interior o extremo, tampoco le ha resultado beneficioso. Tímido, no ha roto a jugar. Ha perdido el sitio en favor de Dembélé y necesita encontrar el golpe de juego preciso para llegar a la Copa América con su status de titular garantizado. Los dos Clásicos son una buena oportunidad para que, al fin, ponga su fútbol encima de la mesa de una vez como exige su precio de crack.

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