El Racing quiere un copazo para olvidar las penas del día a día

El Racing, pese a su dilatada trayectoria en Primera, 44 temporadas, pasó los primeros 95 años de su vida siendo un desastre en la Copa. En el último lustro, sin embargo, se ha acostumbrado a disfrutar, con dos semifinales incluidas, en la competición del KO. Este curso, en medio del desastre más absoluto, la primera vez que el racinguismo saltó de sus asientos fue en esta competición: cuando Koné marcó en el Sánchez Pizjuán el 0-2 en el 89’ y eliminó al Sevilla. Aquella ronda marca el camino que va a intentar seguir en octavos el Racing. No caer eliminado hoy y tratar de pescar en río revuelto en la vuelta.

La presión, relativa según Francisco que asegura centrarse en la Liga, es para el equipo de Primera, al que su afición va a exigir que elimine a un Segunda B, por mucho que se llame Racing. En ese sentido, el partido de esta noche va a ser significativo ya que los locales le van a entregar a los rojiblancos el balón. ¿Lo querrán?

Los andaluces llegan a Santander con 24 futbolistas, ya que esperarán en Cantabria su duelo del sábado en San Mamés y todo apunta a que hoy tirará de fondo de armario. Paco Fernández no tiene 24 ni contando a los lesionados, pero también rotará, como hizo ante los sevillistas, a la mitad del equipo titular. La estrella local, Koné, que no ha jugado, por sanción, los dos últimos partidos se entrenó ayer por primera vez con sus compañeros en quince días y la intención del míster es darle media hora esta noche y reservarle para el sábado en Avilés.

Se espera que la afición local utilice el altavoz que supone enfrentarse a un Primera para ‘internacionalizar’ la guerra civil que desangra al racinguismo, todos contra el Consejo.