Liga BBVA | Valladolid - Zaragoza

Onésimo tiene la clave

Conjura pucelana para frenar la reacción aragonesa

VÍCTOR BLANCO

Hoy todos mirarán a Onésimo. Debutó ya la semana pasada en Valencia, pero hoy se sentará en el banquillo de Zorrilla. Él, un tipo de aquí de toda la vida, que triunfó como jugador y que como entrenador es un novato dispuesto a hacerse un hueco entre los grandes, y de paso a conseguir la salvación del Valladolid. Aunque la papeleta que le espera no es para nada sencilla. Recoge un equipo roto y en caída libre que sólo ha ganado tres partidos de los 21 que ha disputado. A Onésimo le han dado una bomba a punto de explotar y él está dispuesto a desactivarla... si puede.

Una final. Pero el carismático nuevo técnico va a contar con el apoyo de todos, aunque el que más necesita es el de sus cuestionados jugadores. En Valladolid el partido tiene tintes de ser una finalísima tras la cual habrá un antes y un después. Si gana el Zaragoza deja a los de Zorrilla a cinco puntos. Si gana el Valladolid mete a los aragoneses en puesto de descenso: un drama.

Pero Gay y sus hombres ya saben a lo que se enfrentan. Se van a encontrar un estadio casi lleno y que les quiere ver perder. El balance reciente de triunfos ante Sevilla y Tenerife ha elevado la autoestima blanquilla hasta límites insospechados, justo todo lo contrario que le pasa al Valladolid, que necesita ganar un partido como un naufrago necesita a alguien que acuda a rescatarle.

Hablando claro, si el Valladolid pierde hoy pone pie y medio en Segunda. El golpe sería letal y el 'efecto Onésimo' se difuminaría. Pero también corre peligro el 'efecto Suazo' si esta tarde caen de nuevo en descenso. El fútbol es pasión y a este partido le sobra.

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