Wahiba, su mujer, se niega a vivir en Múnich

Franck Ribéry (26 años, Boulogne-sur-Mer) está dispuesto a seguir los pasos que en su día dieron Zidane y Ronaldo para ver cumplido su sueño de vestir de blanco en el Bernabéu. Él era un chaval de 18 años cuando vio cómo su ídolo Zizou se plantaba ante la familia Agnelli y les amenazaba con dejar el fútbol si no le traspasaban al Madrid. Ronaldo, otro de sus referentes en su adolescencia, repitió estrategia con Moratti en el Inter y el joven Ribéry tomó nota de nuevo.

Por eso lo primero que ha hecho al regresar a Múnich para ponerse a las órdenes del sargento Van Gaal es dejarle claro a la gente del Bayern lo siguiente: "Miren ustedes, mi familia lo es todo en mi vida y mi mujer ya ha dejado de vivir en Múnich hace dos meses porque no se ha adaptado a esta ciudad y no quiere volver aquí. Yo quiero estar a su lado y al de mis hijas, y si me retienen en Alemania sólo podré verlas cada dos meses. Si no entienden mi postura me quedaré aquí hasta 2011 y luego me iré gratis".

El órdago de Ribéry está apoyado por su esposa Wahiba, que vive en Francia con las dos hijas del matrimonio: las pequeñas Hiziya y Shahinez. Con las tres y su agente, Alain Migliaccio, perfiló esta postura de fuerza en las recientes vacaciones que han disfrutado en Ibiza. Zidane también estuvo un día en la isla pitiusa para apoyarle en todo y dejarle claro que el Madrid está de su lado y le ayudará en el pulso que durante estas próximas semanas va a echarle al Bayern. Las declaraciones explosivas de L'Equipe han sido sólo el primer paso

Ribéry ha dejado claro a los alemanes que si se queda será una mala operación económica para los muniqueses.

Valor.

Su precio de ahora es de 55 millones de euros, lo que está dispuesto a pagar Florentino por él. Como acaba contrato en 2011, si ahora no lo venden el próximo verano estará a sólo seis meses (1 de enero de 2011) de poder firmar por quién quiera y sin que el Bayern cobre un solo euro. Zidane lo tiene todo pensado para que aquí, en la capital de España, sea feliz. Y más con su amigo Benzema, flamante fichaje blanco, de vecino. El clan francés del Madrid y su familia son el motor que impulsa a Franck Ribéry para ganar este órdago