Real Madrid 4 - Numancia 3 | La contracrónica

Pajaritos con garras

La suplencia de Raúl, el gol de su heredero Higuaín y la mala tarde de Iker quedaron en segundo plano. El Bernabéu asistió a un triunfo engañoso porque el Numancia enchufó tres y acabó rondando el 4-4. Tras lo de Riazor, la afición quería más...

Pitos.El Bernabéu vivió una tarde digna de una visita al diván del psiquiatra. Pese a meter cuatro goles en mitad del megadebate de si le faltan delanteros al segundo proyecto de Schuster, el partido acabó con el Numancia crecido como un dragón de mil cabezas y con el Madrid asustado en torno a un Casillas aturdido por su mala tarde y una grada fría que se batió en retirada harta de tanto sufrimiento inexplicable. Por no estar, no estaba ni Toñín El Torero, al que un iluminado de la seguridad del estadio dejó sin capote al inicio de la segunda parte con un argumento rico en acefalía: "Porque molesta en la valla y no hay más que hablar". El irreductible aficionado no soportó la humillación en el jardín de sus sueños, recogió su capote y su montera y abandonó el Bernabéu entre lágrimas. Justo en ese momento marcó Juan Carlos Moreno (pedazo de jugador el ex azulgrana) el 4-3. Castigo divino. Si Saturno devora a sus hijos mal vamos...

Viva Soria.Lo del Numancia es para hacerles el pasillo cuando el campeón de Liga les rinda visita a Los Pajaritos el 1 de febrero de 2009. Los de Kresic hacen un homenaje diario al whisky segoviano DYC: 'Gente sin complejos'. De hecho, no tienen ni un extranjero en la plantilla. Luchan como jabatos, reaccionan sin titubear, nunca agachan la cabeza y saben aprovechar las debilidades del enemigo. Ayer, el flanco débil fue el que siempre se muestra más fuerte: Iker. Una mala tarde la tiene cualquiera, pero Casillas debe mirarse el vídeo y entender que es el mejor portero de la historia de este glorioso club y no puede permitir que vuelva a entrar otro gol como el tercero de los gladiadores sorianos. Eso sí, el Madrid fue fiel a la magnífica afición del Numancia (casi todos blancos) y vengó el orgullo herido del Barça con un triunfo que deja clara la diferencia entre el campeón y el eterno aspirante. El Madrid, con sólo 18 minutos de luces, gana y enchufa cuatro. El Barça, con 80 minutos en campo rival, pierde y no mete ni miedo. Sintomático.

Presagios.Me fijo mucho en el contexto de los partidos y para los de Schuster todo eran buenos presagios. El sábado, un madridista confeso como Contador reinaba en El Angliru y ayer mismo destrozaba a sus rivales en San Isidro. Por la mañana, el Madrid C derrotaba en el miniderbi al Atleti (2-1). Por la tarde, Rafa Nadal y su Armada Invencible de la Davis tomaban el Palco del Bernabéu. El sábado, Robinho y Baptista mojaban pero su Manchester City y su Roma palmaban de mala manera (3-1 en ambos casos). Todo perfecto, hasta que Guti pasase a la historia con su gol 5.000 y que Van der Vaart dejase su sello de cañonero. Pero se durmieron. Imperdonable...

Botella llena.Tampoco debe cundir el pánico. Este Madrid sigue con una pegada descomunal y por fin llega la Champions. Su territorio. Su vida.

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